Vuelve la atracción por las viviendas urbanas más exclusivas
La demanda sube un 30% en el barrio de Salamanca en el último año. El 50% de estos clientes en las ciudades son extranjeros
Aunque se suele decir que el lujo no sufre la crisis, el residencial más exclusivo de las grandes ciudades si padeció el terremoto inmobiliario en grandes ciudades. En la actualidad, sin embargo, Madrid y Barcelona están volviendo a salir de la atonía del mercado y vuele el interés de los inversores.
“El mercado del lujo ha sufrido, aunque haya habido movimientos y que no se tardara tanto en vender estas residencias. Las casas en las mejores ubicaciones siempre han tenido compradores”, explica Iván Barrondo, director general de la inmobiliaria especializada John Taylor. “Ahora estamos viviendo un buen momento. Los precios bajaron mucho por lo que hay oportunidades, las expectativas de la economía española han mejorado y los bancos vuelven a ofrecer financiación”, añade.
Según los datos de esta inmobiliaria, en Madrid los precios en el centro de la ciudad para apartamentos, en el exclusivo barrio de Salamanca, cayeron desde los 12.000 euros por metro cuadrado a los 8.000 euros para los mejores inmuebles. El precio medio en esta zona se sitúa en los 6.000 euros por metro cuadrados. En Chamberí llega a los 5.000 euros, en Chamartín a los 4.500 euros, en Centro se posiciona al mismo nivel, y en el entorno de Pozuelo y Aravaca llega a los 3.150 metros. “Todavía no hay crecimiento de precios, pero tampoco descuentos”, asegura este experto. Una cuestión que se repite también en las zonas prime de Barcelona.
Por áreas, el ascenso más alto de la demanda se sitúa en el barrio de Salamanca, un 30% mayor en el último año.
Por tipo de compradores, el 50% de estos clientes de inmuebles urbanos son internacionales, sobre todo latinoamericano (20%) y europeo (18%), por delante de asiáticos y árabes. Algunas de los compradores extranjeros usan estos inmuebles como inversión, con el fin de sacar rentas mediante el alquiler, fundamentalmente turístico, según Barrondo.