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Sentencia no vinculante de la comisión de trabajo de California

Golpe a Uber: los conductores son su plantilla

La polémica sigue a Uber. La comisión de trabajo de California ha dictaminado que un chófer que ofrecía sus servicios a través de la plataforma de transporte colaborativo Uber es en realidad plantilla de la empresa. Un fallo no vinculante que Uber ya ha apelado pero que podría tener importantes consencuencias para la firma estadounidense.

La decisión de California sigue los pasos de una investigación realizada por Inspección de Trabajo  en Cataluña, que tras una investigación de siete meses a Uber aseguró en un informe que "la relación jurídica que une a todos los conductores con Uber no puede ser calificada de arrendamiento de servicios sino de relación laboral". En el documento se aseguraba además que los chóferes "son trabajadores contratados después de su selección" y que su afiliación no es "voluntaria".

En el caso de California, motivado por una denuncia presentada por el chófer, el fallo afirma que Uber "participa en todos los aspectos de la operación". La ciudad estadounidense es la urbe que tiene un mayor número de conductores de Uber en todo el mundo. Un portavoz de Uber ha asegurado que "el dictamen de la Comisión de Trabajo de California no es vinculante y aplica a un solo conductor".

De confirmarse el fallo de California, Uber podría pasar de ser una empresa logística, que ofrece un servicio a los clientes y  una oportunidad de obtener unos ingresos extra a los propietarios de coches, a una empresa de transportes -en caso de que se ampliara el dictamen al resto de los chóferes- y se vería obligada a tener que contratar a todos ellos. Desde Uber han asegurado que "la razón número uno por la cual los conductores escogen Uber es porque tienen una flexiblidad y control total. La mayoría de ellos pueden y eligen diferentes fuentes de ingresos, incluyendo otras companies de ride-sharing".

La situación en España

El juzgado mercantil de número 2 de Madrid rechazó a principios de mes las medidas cauterales presentadas por Uber y reafirmó la prohibición de reactivar el servicio UberPop (en el que chóferes particulares ofrecen sus servicios) en Madrid.

La compañía aterrizó a principios de 2014 en Barcelona y en septiembre de 2014 desembarcó en Madrid. A finales de año se vio obligada a cerrar cautelarmente su servicio UberPoP en España tras la sentencia del juzgado mercantil número dos de Madrid a instancias de una demanda de la Asociación Madrileña del Taxi.

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