¿Es necesaria una moratoria turística en Barcelona?
Ada Colau fue la candidata al Ayuntamiento de Barcelona más votada en las últimas elecciones del 24M. Por ello le corresponde a ella iniciar las negociaciones para formar gobierno municipal, algo que se presume especialmente complejo por las imposiciones de ERC en materia de apoyo a la independencia. Sin los votos del PSC, con los que sí cuenta, y sin los de ERC no podrá ser investida alcaldesa.
Al margen de todos esos cálculos, una de las propuestas que Colau llevaba en su programa electoral y que más dudas ha sembrado entre inversores y empresarios ha sido el de una moratoria turística en Barcelona. Dicho de otra manera, que no haya más infraestructuras hoteleras nuevas ante la saturación que ofrecen algunas zonas.
365 establecimientos componen la planta hotelera en Barcelona, a los que hay que sumar 91 del área metropolitana. En total 456 frente a los 471 de la Comunidad de Madrid
El último informe del Gremi d´Hotels de Barcelona, la patronal del sector, apunta que a finales de 2013 había en la capital de Cataluña 365 hoteles, con una profunda concentración por categoría y ubicación del establecimiento. El 70% de la planta hotelera está compuesta por hoteles de tres estrellas (116) y de cuatro estrellas (136), mientras que dos barrios (Ciutat Vella y el Eixample) concentran dos de cada tres establecimientos (241 de 365 hoteles).
Una primera aproximación apunta a la necesidad de una diversificación geográfica, aunque los expertos creen que existe recorrido para seguir creciendo en esas dos zonas en segmentos hasta ahora poco explotados por los empresarios, como los hoteles de gran lujo o los albergues. “La oferta de Barcelona está concentrada en demanda vacacional de tres y cuatro estrella y los proyectos que han llegado en los últimos años se centran en otros nichos poco explotados”, apunta Albert Grau, socio-director de la consultora Magma Hospitality Consulting, especializada en consultoría para hoteles.
Estos nichos son establecimientos de lujo (en Barcelona hay 10 de cinco estrellas y 16 de gran lujo) y albergues. En el primer caso destaca el nuevo hotel que Marriot construyó en la sede de la antigua patronal algodonera y que fue inaugurado el pasado 23 de febrero. Con 83 habitaciones funciona con la marca independiente Autograph. Los dos grandes proyectos de futuro son la conversión de la torre Deutsche Bank de Barcelona en un hotel de cinco estrellas bajo la marca de gran lujo de la cadena Four Seasons, por un coste de 150 millones, y el de ubicar un hotel de la marca Hyatt en la Torre Agbar. Ambos están a la espera de conocer el nuevo marco legislativo. En el caso de los albergues destaca el ejemplo de Casa Gracia, situado en el centro y que ya ocupa dos edificios enteros en la esquina de la Diagonal y el Paseo de Gracia.
60.034 es el número de camas hoteleras que había al final de 2009 en Barcelona. En cuatro años se ha incrementado un 12,5% hasta las 67.567.
“Creo que la oferta hotelera de Barcelona no está saturada, ya que siguen teniendo unos ratios de ocupación y precios muy interesantes”, apunta Grau. Y para ello también lo compara con Madrid, en el que todos los parámetros han sufrido un fuerte castigo durante la crisis, en especial los precios. “El turismo de Madrid depende del viajero nacional y de los negocios, los dos segmentos que más han sufrido en los últimos seis años; el de Barcelona depende del extranjero y del ocio y esos apenas se han visto transformados”. Por ello considera que una moratoria ahora no tendría sentido teniendo en cuenta que los inversores están muy interesados por desarrollar proyectos en una ciudad que les ofrece garantías para el retorno de la inversión. “El mercado es inteligente y sabe reaccionar ante oscilaciones de la demanda”, subraya.
Otro dato a tener en cuenta es que el pasado ejercicio Cataluña se convirtió en la comunidad autónoma más visitada de España, con 16,8 millones de viajeros, un 25,9% del total, y todo apunta a que mantendrá esta posición de privilegio este ejercicio. Eso significará un crecimiento importante de la demanda para este ejercicio y la necesidad de canalizar ese mayor número de viajeros. El principal reto es cómo evitar que se concentren en esos dos barrios (Ciutat Vella y el Eixample), cuya prolongación natural es la playa de la Barceloneta, donde el pasado ejercicio se vivieron múltiples conflictos entre los vecinos y los viajeros que se alojaban en apartamentos turísticos, la gran mayoría sin regular.
Cómo alinear la llegada de viajeros y los horarios comerciales
Otra de las patatas calientes que se va a encontrar Ada Colau si finalmente es investida alcaldesa de Barcelona es el conflicto abierto con el Ejecutivo por los horarios comerciales. Desde la llegada del PP al Ejecutivo, una de las prioridades en esa materia ha sido la liberalización de esos horarios y uno de los hitos, culminado a mediados de 2012, fue la ampliación de 8 a10 días de aperturas en festivos, de 72 a 90 las horas de apertura y el establecimiento de zonas de gran afluencia turística, con libertad total de horarios.
Una de las ciudades afectadas era Barcelona, que desde que se lo impuso el Estado ha estado litigando en el Constitucional. Desde el Ejecutivo han defendido la necesidad de liberalizar los horarios comerciales para tratar de dar una respuesta a la multitudinaria afluencia de turistas que recalan en Barcelona a través de cruceros y que se encontraban una gran mayoría de comercios cerrados a lo largo del fin de semana.
El balance del aplazamiento de obras en Canarias
La única autonomía que ha aplicado una moratoria turística ha sido Canarias. Desde 2001, y tras numerosos cambios legislativos, el veto a la construcción de hoteles ha sufrido algunas modificaciones. Las dos más importantes fueron la de abrir la posibilidad de construir hoteles de gran lujo para recualificar la planta hotelera en 2009 y ya más recientemente permitir construir cualquier establecimiento siempre que cumpla unos criterios de calidad y ecoeficiencia.
Juan Pablo González, gerente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel) cree que ha tenido un efecto positivo, ya que ha logrado parar la planta hotelera en 475.000 camas frente a escenarios que planteaban superar el millón de plazas entre 2001 y 2004.
González cree que la prioridad se debe centrar en la rehabilitación, ya que el 40% de las 475.000 plazas están obsoletas y necesitan ser rehabilitadas para ofrecer “nuevos productos”.
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