¿El BCE quiere que un psicólogo examine a la cúpula de la banca?
Los representantes del Banco Central Europeo (BCE) ya han pasado por los consejos de administración de prácticamente todas las entidades financieras españolas. El jueves pasado lo hizo en Banco Sabadell, antes ya lo había hecho en el resto. Varios consejeros, sobre todo los nuevos, también han pasado por las exhaustivas entrevistas que han comenzado a realizar los miembros del supervisor europeo. Alguno de ellos ya estaba acostumbrado a estos exámenes del regulador bancario, ya que este modelo es el que impera desde hace años en Estados Unidos.
Pero en los pasillos de Fráncfort, sede del BCE, como en los del Banco de España o incluso en los de alguna que otra entidad financiera ha comenzado a hablarse de que el supervisor europeo está reclamando los servicios de varios psicólogos para participar también en los exámenes a la cúpula de las entidades financieras. Fuentes del sector aseguran que este modelo ya se ha puesto en marcha en la banca holandesa.
A la espera de comprobar si este proyecto termina siendo o no una realidad, los bancos siguen con sus planes estratégicos y con sus dificultades para gestionar las cuentas de resultados con los tipos de interés al cero.
De momento, las entidades han entregado ya al BCE lo que se denomina su apetito al riesgo, o lo que es lo mismo la composición de sus prioridades de negocio en función de su riesgo. El plazo para entregarlo finalizó el viernes, aunque la mayoría de los bancos españoles ya lo habían remitido al BCE.
El supervisor europeo está muy preocupado con la viabilidad de los modelos de negocio y su rentabilidad. Está vigilando, de hecho, las estrategias agresivas de “búsqueda de rendimientos” para detectar condiciones crediticias blancas, algo que ya han comenzado a criticar los presidentes de BBVA y de Sabadell. Este esquema del apetito del riesgo le servirá al BCE para evaluarlo con una serie de baremos. Tras este examen y otros factores que influyen también en el riesgo, el supervisor colocará a cada banco en uno de los cuatro grupos que ha creado. Cuanto más riesgo el número del grupo en el que se le incluirá a la entidad en cuestión será más alto y la vigilancia se intensificara.
Los resultados se conocerán entre finales de este mes y julio.
Por cierto, ya es generalizado el comentario de que la supervisión del BCE parecía que iba a dar un giro a toda la operativa de la banca y a su forma de actuar, pero pasados ya siete meses desde su entrada en vigor las entidades parecen que le están perdiendo el miedo. Muchas hablan ya de que los inspectores españoles tenían mayores conocimientos que los actuales, salvo excepciones. También hablan de que ya países como Francia o Alemania, e incluso Italia ya han perdido el temor a los amagos de amenaza del BCE.
Mientras, y cambiando de asunto, el giro del organigrama de BBVA sigue copando gran parte de los comentarios en los círculos financieros. El cambio del organigrama hacia la digitalización ha sido tan brusco y radical que aún no se ha terminado de entender por el sector, y eso pese a que sus directivos se han quitado la corbata e incluso van en deportivas y vaqueros a trabajar como una muestra de proximidad, entre otras cosas (bueno la verdad es que todos cuando podemos vestimos así. Yo incluso me alegro de no tener que dudar si ponerme o no corbata). Lo cierto es que varias fuentes financieras hablan de tensiones entre los diferentes directivos del banco. Y es que los cambios no han sentado igual de bien entre unos ejecutivos y otros del banco. “Están los digitales y los analógicos. Los guay y los menos guay. Y justo los que menos molan, los analógicos, son los que tienen que sacar el negocio adelante”, comenta un importante directivo conocedor de lo que ocurre en los pasillos del banco azul.
De momento, la entidad ha tenido que dar marcha atrás en la idea que tenía de que Vicente Rodero –director general hasta el jueves de la filial mexicana de BBVA, Bancomer, y desde el pasado 4 de mayo también de todos los países en los que BBVA tiene franquicia, pudiese compaginar ambos puestos, además desde México. El banco nombró el jueves a su número dos en México, Eduardo Osuna, director general de Bancomer para él ocuparse del resto y poder regresar a España. El viernes el banco volvió a dar otra vuelta de tuerca al organigrama con cambios de segundo nivel.
Y volviendo a cambiar de tema. La mesa de negociación del convenio colectivo de las cooperativas de crédito tiene que volver a constituirse pese a que ya se han celebrado varias reuniones. La Audiencia Nacional ha dado la razón a Cajamar, que creó una patronal para sentarse también a negociar el convenio, Asemecca. Unacc, patronal del sector no admitía a esta plataforma en el convenio. Consideraba que una entidad no podía constituir patronal, pero la Audiencia Nacional ha dado la razón a la entidad almeriense que cuenta así con el 40% de la representación.