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Columna
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Marchionne aboga por más fusiones

Sergio Marchionne apuesta por las fusiones en la industria del automóvil con una mano atada a la espalda. El jefe de Fiat Chrysler argumenta que la consolidación reducirá gastos, mejorará la rentabilidad para los accionistas y preparará mejor a los fabricantes de automóviles para un auge de los coches asistidos y sin conductor. General Motors ya ha rechazado su enfoque, según el New York Times, en parte quizá porque este tipo de acuerdos son desordenados, complejos y distraen. Marchionne no ayuda a su causa, sin embargo, al restar importancia al alcance de los potenciales reducciones de costes.

Cifra el importe máximo de las sinergias de los acuerdos potenciales en solo 4.500 millones de euros al año. Eso es casi el 2% de las ventas totales de la industria, más o menos lo que Daimler y Chrysler calcularon que podría recortar en su fusión malograda en 1998. Aplicar las cifras a una unión GM-Fiat Chrysler implicaría que su margen antes de impuestos correspondiente a 2014 podría llegar 6,4% para la compañía combinada.

GM ya ha rechazado el enfoque del jefe de Fiat Chrysler, tal vez porque estos acuerdos son complejos y distraen

Eso supera fácilmente el 1,75% que Marchionne logró el año pasado, pero no es mucho más de lo que su rival Mary Barra logró en GM. Además, harían falta varios años para llevar a cabo la operación. Entre tanto, el mayor fabricante de automóviles de Detroit, presumiblemente el comprador, se cargaría con rentabilidades más bajas y una deuda más elevada, a la vez que tendría que esperar pocos beneficios.

El análisis de Marchionne dejó aparte las reducciones de personal y marcas, probablemente para no enfadar a sindicatos y gobiernos temerosos de pérdidas de empleo masivas.

Cuando se planteó una fusión GM-Chrysler sen 2008, los recortes de costes se estimaron en 10.000 millones de dólares (unos 9.200 millones de euros). Considerando el acoplamiento de Fiat y Opel, propiedad de GM en Europa, la cifra podría golpear los 15.000 millones de dólares o más. Eso tendría un valor de casi 100.000 millones de dólares para los accionistas, una vez gravados, –más que el valor actual de mercado de las dos compañías–. El margen antes de impuestos resultante del 10% podría hacer el acuerdo más que atractivo.

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