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Aspectos positivos del sistema de liquidación directa para empresas

El Sistema de Liquidación Directa está vigente desde junio de 2014, y es obligatorio desde el 1 de enero de 2015. Supuso un cambio de modelo en la forma en la que cotizan las empresas a la Seguridad Social.

Las empresas tienen que hacerse cargo de los pagos de las cuotas a la Seguridad Social por los trabajadores que tienen contratados. 2015 es el año del cambio en la forma en que las empresas liquidan estas cantidades, tras la entrada en vigor de la Ley que establece que, desde el 1 de enero del presente año, será la Seguridad Social quien se encargará de liquidar esas coutas. Anteriormente, esto era función de las empresas. Con esta modificación se dice adió al Sistema anteriormente denominado como CRETA, para dar la bienvenida a lo que se conoce como Sistema de Liquidación Directa.

Qué es el sistema de liquidación directa

Como hemos comentado, y como advierte el nombre del propio sistema, la nueva normativa hace referencia a cómo las empresas liquidan las cuotas que tienen pendientes con la Seguridad Social. Mientras que, anteriormente, eran las organizaciones las que se encargaban de realizar esta liquidación, desde el 1 de enero de 2015 es obligatorio que esta corra a cargo de la Tesorería General de la Seguridad Social. Esta entidad recaudará directamente las cantidades que abonen las empresas cotizantes. Pero, ¿a qué se debe este cambio?

Ventajas del Sistema de Liquidación Directa

La suscripción a herramientas de gestión de nóminas y similares ayudan y sirven para adaptarse con mayor rapidez a los cambios administrativos de esta índole

Existen dos causas principales, una que beneficia principalmente a las propias empresas, y otra que beneficia más a la Administración, en cuanto que se prevé un aumento de la recaudación a través de la implantación de este nuevo sistema. En primer lugar, permite a las organizaciones simplificar los trámites que con anterioridad había que hacer para la correspondiente liquidación de cuotas. Esta sería una de las primeras ventajas que se persiguen con el cambio. Aunque hay más:

En este último punto, cabe destacar que, efectivamente los trámites se facilitan. Aunque, siempre que se asiste a un cambio de esta magnitud, las empresas deben iniciar un proceso de adaptación. Este es muy importante, puesto que de no acogerse de forma efectiva a la nueva normativa, se pueden producir errores en las cotizaciones sociales, que puedan acabar en sanciones administrativas.

Para evitarlo puede ser de utilidad estar suscrito a programas de gestión de nóminas. Este tipo de herramientas permiten a las empresas conocer las últimas novedades en cualquier gestión relacionada con la liquidación de cuotas u otras modificaciones importantes. Terminan convirtiéndose en un apoyo fundamental para aclimatarse con celeridad a este y otro tipo de modificaciones en la entrega de documentos a la Administración y liquidación de cargas, cuotas u otras cuestiones que la empresa debe abonar.

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