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Aurelio del Pino, presidente de ACES

“El año pasado fue el peor de la crisis para la distribución”

Prevé un crecimiento a final de año del 2% Defiende la capacidad de decisión de los distribuidores

Aurelio del Pino, presidente de ACES, patronal de los supermercados.
Aurelio del Pino, presidente de ACES, patronal de los supermercados.Pablo Monge

El otoño pasado, Aurelio del Pino tomó las riendas de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), aunque ya llevaba varios años como director general. Su salto se produjo con el comienzo de la incipiente recuperación del consumo en los hogares españoles. El presidente de la organización que representa a Supercor, Carrefour, Lidl, Eroski y Sabeco analiza la situación de un sector que vivió en 2014 “el peor año de la crisis”.

Pregunta. ¿En qué momento se encuentra el consumo?

Respuesta. Las expectativas del consumidor están mejorando; tomamos decisiones en base a estos criterios, lo que tenemos y lo que pensamos que vamos a tener. Hay más ánimo. Pero no vamos a subir espectacularmente porque tampoco caímos así. Estamos en esta fase interesante que puede hacer que salgamos. Hay factores externos que han distorsionado la demanda, como la caída del petróleo, que ha afectado al IPC, o el verano fresco que tuvimos el año pasado; 2014 ha sido el peor ejercicio desde que comenzó la crisis.

P. ¿Se va a consumir más ahora?

R. Se ha estabilizado el nivel de caída del sector. El año pasado fue muy malo en ventas, aunque en el último trimestre se moderó esta caída. Este año estamos en crecimientos pequeños, pero acabaremos con números positivos. Estamos cerca de un incremento de ventas del 2% a final de año, a la espera de ver cómo afecta la deflación. El precio va a seguir afectando mucho; lo importante para el sector es el número de consumidores, principalmente el número de hogares. Las mejores perspectivas de empleo pueden llevar a que, sin aumentar la población, aumenten el número de hogares. Somos prudentes porque la población sigue teniendo problemas por los altos niveles de paro y tampoco podemos esperar que tengamos unos datos muy positivos.

“Se apuesta por los productos frescos”

El presidente de ACES defiende que “no solo por la crisis” el sector al que representa ha realizado una política de “eficiencia de costes”. En cuanto al modelo de tiendas, explica que los supermercados han hecho “una apuesta por los productos frescos”. Esta oferta les permite la “diferenciación” respecto al resto de competidores, además de aumentar la afluencia a los establecimientos.

Sobre la propiedad de las tiendas, Del Pino comenta que el franquiciado es una “palanca de crecimiento” para las cadenas de supermercados que ya ha sido “contrastada”. Por ello, cerca del 30% de los nuevos locales ya son de este modelo.

Aunque “ya no hay tantas trabas para abrir una tienda” desde 2010, el representante de la patronal critica la fuerte regulación a la que tiene que hacer frente el sector, desde el nivel comunitario al local, con normas que llegan a chocar entre ellas. Por ello, lanza un mensaje a los reguladores para “estudiar el impacto de los impuestos y las nuevas leyes en el sector”. Es por eso que la asociación vivirá “con mucho interés” los resultados de las elecciones del 24 de mayo y las generales que están previstas para final de año. Gane quien gane, Del Pino dice que “seguirán haciendo lo mismo” para dar más visibilidad a un sector “muy desconocido”, pero que es “importante” para la economía española.

Respecto al tipo de cliente, el presidente de la organización defiende que este es “cada vez mayor”, motivo por el cual ganan importancia los productos de salud y que aportan “mayor calidad de vida”. Del Pino se confiesa fiel defensor de la dieta mediterránea y considera que es bueno que las familias vayan juntas a la compra, como una forma de enseñar a los más jóvenes a ir al supermercado. Aunque sin olvidarse de internet. El representante de los distribuidores cree que es necesario para dar un servicio más completo al cliente y que es un método de compra que “sigue creciendo”.

P. ¿Qué nivel de optimismo hay?

R. Hay una confianza prudente. Las empresas apuestan por el crecimiento en el mercado español, y esto se traduce en los niveles de inversión, pero siempre con grandes dosis de precaución. Tenemos un escenario en el medio plazo en el que el comportamiento de los precios va a verse todavía afectado por la corriente deflacionista.

P. ¿Cómo ha influido la ley de la cadena alimentaria?

R. Al sector no le ha supuesto un gran cambio ya que estábamos muy regulados antes. Nosotros creemos que debe servir para dar estabilidad en las relaciones, no para medidas de carácter agrario o regular crisis de sectores, como consideran otros. Desde siempre hemos apostado por una vertebración y estabilización de los sectores primarios. Como trabajamos bien es con sectores grandes, con empresas con las que se puedan crear iniciativas a largo plazo. Todo lo que sea que el sector primario gane peso es bueno para nosotros. Para eso hay que conocer qué es lo que demanda el mercado, tú no puedes producir sin saber lo que pide el consumidor, y eso lo puedes hacer si tu alianza con la distribución es buena.

P. ¿En qué punto está el código de buenas prácticas?

R. Cada negociación tiene sus tiempos. Hemos puesto todo el interés posible en que pueda seguir por los mejores cauces. Ahora está en manos de las autoridades de competencia. Tienen que dirimir si la autorregulación, en los términos en los que está, puede afectar o no al funcionamiento de los sectores. Cualquier sistema voluntario tiene que presentar ventajas para el conjunto del sistema. Si el código ofrece esas ventajas, las empresas se adherirán, y si no, será más difícil que lo hagan. El texto tendrá que pasar varias fases y filtros. Las dos partes deben de salir ganando.

P. ¿Se ha llegado a un acuerdo con los productores?

R. Ha habido muchas reuniones, con puntos en los que consideramos que hay acuerdo y puntos en los que tenemos más dudas. Todo proceso de negociación permite conocer qué necesita y cómo funciona cada una de las partes, tanto la producción como la distribución. Además de eso, hay una conciencia más clara de que al final hay que trabajar en conocer mejor lo que piden los consumidores; mientras debatíamos otras cosas nos hemos olvidado de ellos. Pero no podemos hacer otra cosa que defender la libertad de empresa. Hay cuestiones que suponen una limitación a la capacidad en las que nosotros no podemos estar de acuerdo. No forma parte de lo que debe ser un código de buenas prácticas.

P. ¿Es la marca blanca competencia desleal, como dicen los productores?

R. La marca de distribuidor es una forma que tiene la distribución de completar su surtido. Es una cuestión a la que el distribuidor no va a renunciar. Cada uno tiene su modelo de negocio y decide en cuanto a tipo de productos, marcas o precios. La marca de distribuidor es un elemento más. Hay cuestionamientos sobre esta libertad que nosotros rechazamos. Es un elemento fundamental. Tenemos multitud de fórmulas y de modelos empresariales distintos en cuanto a esta marca. El consumidor es el que tiene la palabra siempre. Esto forma parte de la competencia.

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