_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Planificar el futuro de nuestro país

A escasos días de que se celebren las elecciones británicas, uno de los temas que centran el interés de las economías familiares es el de las pensiones. El debate que se está produciendo contrasta con el discreto lugar que el ahorro ocupa en el debate público en nuestro país, a pesar de que la realidad ponga de manifiesto lo necesario de acometer una reflexión seria sobre el futuro de las pensiones.

Según los últimos datos oficiales, la Seguridad Social destinó en marzo la cifra récord de 8.183,5 millones de euros al pago de las pensiones contributivas, siendo la mayor partida la destinada a pagar las pensiones de jubilación (5.705 millones de euros). El Fondo de Reserva de la Seguridad Social, o caja de pensiones, se ha reducido hasta los 41.000 millones (desde los 66.000 millones en 2011).

Los elevados niveles de desempleo y el aumento de la esperanza de vida han modificado la proporción de trabajadores y pensionistas sobre la que se sustenta el sistema público de pensiones. Esto, sumado al descenso de la natalidad, aboca a los ciudadanos a ahorrar para asegurarse un futuro durante el envejecimiento. En España ya hay menos de dos cotizantes (1,9) para pagar cada pensión existente y la cifra podría empeorar a tenor de la evolución prevista en la pirámide poblacional.

Ya en 2013, desde la Organización para la Cooperación y Desarrollo (OCDE), el documento Pensions at a glance anunciaba la necesidad de recurrir a vías complementarias para garantizar el futuro de las pensiones, al tiempo que declaraba que la edad de jubilación debería retrasarse cada vez más.

En este contexto, surge un dato esperanzador. La mayor concienciación por parte de la población podría estar produciéndose, a tenor de los datos que refleja el patrimonio gestionado por los fondos de pensiones, que se ha situado por encima de los 100.000 millones de euros. Los ahorradores se estarían volviendo cada vez más conscientes de la necesidad de la previsión social y estarían complementando las pensiones públicas con alternativas privadas para poder disfrutar de ingresos tras la jubilación, con el objetivo de mantener un estilo de vida similar al de su época en activo. Cabe destacar que el rendimiento que han ofrecido los productos de ahorro en el último año –un 8,8% interanual entre febrero de este año y el mismo mes de 2014– ha contribuido a aumentar el interés de ahorradores por los planes de pensiones. Una rentabilidad nada desdeñable en un entorno de tipos de interés históricamente bajos, que incentiva que ahorradores e inversores busquen alternativas para maximizar su patrimonio.

Pese a este dato esperanzador, desde el Gobierno deberían tomarse medidas determinantes que apuntalen la contratación de dichos productos de previsión social, en línea inversa a la última reforma sobre fondos y planes de pensiones que limitó las aportaciones a estos vehículos. ¿Y cuáles podrían ser este tipo de medidas? Una apuesta decidida sobre la creación de planes de pensiones de empleo, con beneficios fiscales para las empresas que realicen este tipo de planes para sus empleados. Aumento de los límites de deducción fiscal de las aportaciones y/o eliminación del límite financiero en las aportaciones. Y mejorar de manera sustancial la tributación de las prestaciones recibidas de los planes de pensiones, mediante reducciones de tributación por antigüedad e, incluso, un cambio en el sistema de tributación y poder realizar una tributación mixta, como rendimientos del trabajo por las aportaciones realizadas y como rendimientos del capital por la parte de rendimientos obtenidos. El sistema actual, en cambio, considera rendimientos del trabajo la totalidad del importe recibido como prestación, independientemente de si su origen proviene de aportaciones o rendimientos de las mismas.

En definitiva, poner en práctica muchas de las peticiones que lleva realizando el sector sobre los planes de pensiones y que pueden dar ese empuje y visibilidad a la previsión social complementaria que tan necesaria se entiende.

Por último, recordar que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social de nuestro país se ha reducido drásticamente en los últimos cuatro años y las previsiones seguirán esta misma tendencia, por lo que debemos ser previsores y planificar el futuro de las pensiones del mañana.

Mariano Muixi es director general de Arquia Banca

Archivado En

_
_