El libre comercio: Obama aliado con los Republicanos y Hillary dividirá a los Demócratas
Hillary Clinton es la favorita para ganar las presidenciales de 2016. No cuenta a priori con rivales Republicanos potentes. El senador de Texas Ted Cruz es buen orador y cuenta con una historia personal potente y CV profesional decente pero es radicalmente conservador y egocéntrico. El senador Marco Rubio de Florida tiene un CV decente y es el único candidato hispano pero es demasiado joven. A Jeb Bush se le reconoce una gestión exitosa cuando fue gobernador de Florida y habla castellano. Pero lleva la carga de su apellido. El senador Rand Paul tiene posturadas exageradas para disminuir el tamaño del estado. El gobernador de Wisconsin se ha enfrentando con éxito a los sindicatos pero es demasiado conservador. Quizás también se presenten en el bando republicano Lindsey Graham – senador por Carolina del Sur y experto en política exterior – y el gobernador de Nueva Jersey Chris Christie.
Hasta y durante el maratón de primarias que empieza en enero de 2016, los candidatos republicanos moderados (Bush, Rand Paul, Graham, Christie) tendrán que competir por el voto de la base del partido, que se ha escorado hacia la derecha desde finales de los noventa. Con la excepción de Kennedy y Obama, desde los años 30 del siglo XX no ha habido senadores convertidos en presidentes. La opinión pública reclama a un buen gestor. Los gobernadores en EEUU tienen qe hacer cuadras las cuentas porque los estados por ley deben tener un presupuesto equilibrado. En 2016 los Republicanos sólo pueden derrotar a Hillary si presentan a un gobernador moderado con una gestión eficiente de su estado.
Hillary se beneficia de los éxitos y buena gestión de Obama. El paro está en el 5,5% y EEUU crece más del 2% Fue senadora por Nueva York y ministra de Asuntos Exteriores de Obama. Todo el mundo la conoce. Aspira a obtener el voto de la coalición que aupó dos veces a Obama a la presidencia: jóvenes, hispanos, afro-americanos, mujeres, sindicatos y los más progresistas. Pero tendrá que superar obstáculos considerables. El brand Clinton también lleva una carga y Hillary tiene que reinventarse. Ha empezado su campaña con viajes en autobús y reuniones con grupos reducidos. Intentará convencer al electorado -- al igual que los republicanos -- de que cuenta con las mejores ideas y experiencia para ayudar a la castigada clase media. Pero Hillary parece temer el flanco a su izquierda para las primarias del partido Demócrata. Serán un paseo pero seguramente contarán con la presencia de Elizabeth Warren, senadora populista y progresista de Massachusetts.
Obama y los Republicanos han conseguido suficientes votos para que el presidente tenga la autoridad (denominada Trade Promotion Authority)para negociar acuerdos de comercio e inversiones a nivel regional que el Congreso sólo puede aprobar o rechazar pero no enmendar. Los países no negocian acuerdos si pueden ser modificados cláusula por cláusula por el Congreso. El Trans-Pacific Partnership (TPP) se está negociando entre 12 países de la cuenca del Pacífico que constituyen el 15% del comercio mundial: EEUU, Japón, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Vietnam, Singapur, Brunei, Malasia, México, Chile y Perú. Aspira a reducir aranceles y adoptar estándares laborales, medioambientales e incluso de respeto a los derechos humanos más rigurosos. El TTIP es un proyecto de mercado común transatlántico que armonizaría las regulaciones laborales y medioambientales en la producción de bienes y en la prestación de servicios, ya que los aranceles transatlánticos son muy reducidos. Por ejemplo, las impresoras fabricadas en EEUU funcionarían con cartuchos comprados en Europa. Los contables y otras profesiones liberales y empresas suministradoras de servicios (aseguradoras, empresas de transporte) contarían con un marco regulador único. EEUU y la UE generan más del 50% del PIB mundial y sus intercambios comerciales constituyen el 40% del total mundial.
La negociación del TPP está más avanzada que el TTIP debido a la mayor complejidad del segundo. Hillary cometerá un gran error si se opone al TPP y TTIP. Dividirá al partido Demócrata y antagonizará al empresariado de EEUU. Permitirá al candidato presidencial republicano describir a Hillary como oportunista, ya que apoyó NAFTA, concluído por Bill Clinton. El libre comercio no es la causa principal de las dificultades de la clase media. Cabe atribuirlas a la burbuja inmobiliaria de 2000 a 2007, la crisis financiera global, la insuficiente inversión en educación e infraestructuras, el alto coste de la educación universitaria, la falta de cobertura médica universal (a pesar de los avances de Obamacare) y la automatización y understaffing (práctica de contratar pocos empleados). Avanzar hacia normas globales ayudará mucho más a la clase media que recurrir al proteccionismo.