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Columna
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Tratos más favorables

Los barones de las compras están descubriendo nuevas formas de taladrar el esquisto. Las preferencias de Apollo, Carlyle y KKR han sido aguijoneadas por la fuerte caída del precio del crudo. Estructuras creativas, como las usadas recientemente por Blackstone y EIG, podrían ayudar a allanar el camino hacia tratos más favorables.

La última ronda de inversiones está resultando problemática. Las acciones de SandRidge Energy –apoyada por Carlyle– han caído, al igual que las de Laredo Petroleum, empresa de la cartera de Warburg Pincus. Recientemente, Samson Resources (una adquisición que firmó KKR en 2011 por 7.200 millones de dólares) advirtió de que puede necesitar una reestructuración en situación de bancarrota.

Los nuevos fondos patrimoniales privados ya están trabajando muy duro. La principal barrera que se debe superar en el sector de la energía es la que suponen los vendedores reacios a ceder ante la bajada de precios. Algunos de ellos, como KKR y Warburg Pincus, han encontrado en las últimas semanas formas directas para duplicar ingresos, a través de la adquisición de activos con una joint venture existente y la inversión de capital en una compañía de producción y la investigación en start-ups.

Otros están siendo más innovadores. Por ejemplo, la privada EIG Global Energy Partners acordó a finales de marzo inyectar 1.000 millones de dólares en la compañía pública de producción de esquisto BreitBurn Energy Partners. La suma incluye 650 millones de dólares en nuevas senior notes muy por encima de otros bonos de BreitBurn, un cambio que ha sido posible gracias a los resquicios existentes en los acuerdos de crédito. Los 350 millones de dólares restantes en acciones preferentes otorgan un 18% de derecho a voto y un puesto en el consejo de administración. El efectivo permitirá a la compañía esquivar la presión fiscal e ir a la caza de adquisiciones por su cuenta, con la ayuda de EIG.

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