¿Puedo pagar menos al mes por mis créditos?
Aunque los datos comienzan a aportar luz a una situación económica complicada–cae la morosidad, el mercado inmobiliario se reactiva, desciende la deuda de las familias, buena previsión de crecimiento…-, durante los últimos años han sido los hogares los que han sufrido las consecuencias de la crisis por la que atraviesa el país.
Pero aunque ahora dicha deuda familiar está descendiendo –el 2014 se cerró con una disminución del 4,7% de la deuda de las familias respecto al 2013 según los datos del banco de España-, muchos han sido los que han llegado a una situación de sobreendeudamiento debido al gasto realizado con tarjetas de créditos, a préstamos personales o créditos rápidos. Una situación que provoca verdadera angustia. ¿Soluciones? Para casos en los que las deudas hacen difícil llegar a fin de mes, existe una solución quizá poco conocida como es la reunificación de deudas pero de la que es necesario conocer todos sus pormenores.
¿Qué es la reunificación de deudas?
La reunificación de deudas es un producto financiero que consiste en agrupar todas las deudas que hasta el momento se tengan contraídas y unificarlas en un único préstamo hipotecario sobre la vivienda habitual, por lo que se pasaría a tener una única cuota a la que hacer frente más reducida –lo que no significa que pagues menos por tus deudas, solo se paga menos al mes-. Por ello es condición indispensable que quien solicite la reunificación sea propietario de una vivienda.
Esta operación financiera aporta tres claras ventajas según Pau Monserrat, director editorial de iAhorro.com como son “reducir las cuotas mensuales que pagas por tus préstamos y tarjetas ya que pasas a pagar una sola cuota de la hipoteca, restaurar tu historial crediticio solventando impagos y disponer de liquidez para afrontar nuevos proyectos personales o profesionales”.
¿En qué consiste el proceso?
Cuando la reunificación de deudas es la solución elegida, hay que saber que lo que se va a producir es la celebración de un nuevo contrato hipotecario y que éste se firmará con una entidad financiera. En el proceso interviene el titular de las deudas, el intermediario financiero que es el encargado de negociar, tramitar y asesorar al cliente ante las entidades financieras, el banco que será el que conceda dicha reunificación y en definitiva el que concederá la nueva hipoteca, el tasador de la vivienda y el notario que dará fe de la celebración del préstamo hipotecario –con los costes que ello genera y que hay que tener en cuenta-.
El proceso por tanto es similar al de solicitar una hipoteca “normal” aunque con ciertas diferencias. Hay que aportar documentación de los recibos de las deudas pendientes así como certificados de las deudas pendientes. Además es necesario tasar la vivienda habitual que será el objeto de la hipoteca. Se acudirá a la entidad una vez se tenga una oferta vinculante y teniendo todos los puntos del nuevo préstamo hipotecario, se procederá a su firma. Para que se dé la consolidación de las deudas el solicitante deberá tener unos ingresos estables para poder hacer frente a la nueva hipoteca.
No es una solución milagrosa
Se trata de una solución a una situación de sobreendeudamiento con la que poder reducir los pagos mensuales pero que ello implica establecer un préstamo hipotecario en el que la deuda pendiente será superior, así como el plazo para abonarlo. No se trata de pagar menos en general, sino de pagar menos cada mes. Por todo ello es muy importante ser conscientes que es una solución financiera a un momento puntual, por lo que carece de sentido que en el futuro el titular se vuelva a endeudar.