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Tribuna
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Bruselas y el negocio responsable de la banca

Hoy la industria financiera se encuentra ante un gran reto: recuperar la confianza y la reputación. En el último Eurobarómetro de la Comisión Europea sobre cómo las empresas influyen en nuestra sociedad, publicado en 2013, las entidades financieras tenían el peor dato de todos los sectores.

El 62% de los ciudadanos europeos consideran que la industria financiera se comporta de forma irresponsable en relación a la sociedad. Y lo más preocupante, España cuenta con el “privilegio” de ser el país que lidera esa mala percepción con un 80%.

Para superar esta situación y asegurar la sostenibilidad del sistema financiero, necesitamos la plena implicación de todos, una regulación adecuada, una supervisión efectiva e instituciones financieras que compitan bajo modelo de banca responsable.

Mucho se ha avanzado estos últimos años en materia regulatoria y de supervisión. Las entidades han tenido que adaptarse a este nuevo contexto y también han promovido iniciativas voluntarias en materia de protección al cliente y educación financiera, por ejemplo. Sin embargo, necesitamos promover marcos que vayan más allá de la regulación y que estimulen a las entidades a abordar propuestas innovadoras ante los retos que tienen en su función social. Propuestas que deben crear valor compartido, tanto para ellas como a todos los grupos de interés y a la sociedad en general.

En este sentido, pensamos que hay una gran oportunidad para que la Comisión Europea sea un actor clave a la hora de promover un nuevo marco de referencia para la industria financiera.

Por ello, la Comisión Europea debería promover la creación de los principios de banca responsable. Esta fue la propuesta que hicimos en el panel sobre instituciones financieras en el CSR Multistakeholder Forum organizado recientemente por la Comisión Europea y que supone un hito clave para la definición de la nueva estrategia de responsabilidad social corporativa (RSC) de la Comisión para los próximos cinco años.

Al igual que Naciones Unidas promovió en 2006 la creación de los Principios de Inversión Responsable (PRI), pensamos que la Comisión tiene una oportunidad enorme para liderar la promoción de una mejor banca basada en principios. Una iniciativa que integre una visión holística de la actividad financiera y su impacto en la sociedad, y que de forma transversal implique a los distintos comisarios cruzando las fronteras del mundo de la RSC.

No lo veo nada fácil, pero ese sería un salto muy importante para trabajar en uno de los pilares fundamentales para la sostenibilidad del sistema financiero.

Sin duda, un auténtico desafío que requiere algunas condiciones que debemos ayudar a crear.

En primer lugar necesitamos un auténtico liderazgo por parte de los altos representantes de la Comisión y del Parlamento Europeo.

En segundo lugar, es preciso superar la narrativa de la RSC tradicional y construir sobre un relato que enganche con los temas centrales: el modo de hacer banca. La mayor regulación para proteger el consumidor, la mejora del gobierno corporativo de las grandes entidades, el apoyo a pymes y el crecimiento, los derechos humanos, el medio ambiente… todo ello es banca responsable. Esto no solo tiene que ver con cómo invertimos una parte del dinero que ganamos, sino sobre todo, tiene que ver con el cómo lo ganamos. O construimos un paraguas integrador o la RSC seguirá siendo percibida de forma reduccionista a partir solo de los programas sociales o la “obra social”.

En tercer lugar, las entidades que crean que es necesario hacer banca responsable para generar confianza, reconquistar a la sociedad y se comprometan realmente en ello debemos dar un paso al frente y promover una iniciativa de este tipo. Será bueno para quienes lo lideremos y bueno para todo el sistema y, en definitiva, para todos los clientes y la sociedad.

Afortunadamente, alguna de las conclusiones que se recogieron en el pasado foro ya fueron en esa línea. Desde la perspectiva de una entidad financiera, fue sin duda el gran avance del Multistakeholder Forum y esperamos que sea un eje central en la nueva Estrategia de RSC de la Comisión Europea.

Antoni Ballabriga es director global de Responsabilidad y Reputación Corporativas de BBVA

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