La inversión señala confianza
La larga crisis se ha cobrado un buen número de víctimas, y de estas una de las más destacadas ha sido la inversión, tanto pública como privada. Si España llegó a figurar entre los líderes europeos en inversión pública, en el periodo que va de 2007 a 2014, es decir, en el septenio que configura el escenario temporal de la crisis, la caída ha llegado a superar en términos nominales el 55%, solo superada por Irlanda entre los miembros de la UE. Y eso mientras Francia y Alemania, nuestros principales clientes, han elevado claramente su dotación inversora. El dramatismo del recorte español se manifiesta en que ha bajado hasta niveles de los años setenta, y si no fuera por los cambios en la metodología estadística llegaría a los de principios de los sesenta. Sin embargo, y ya empieza a ser corriente en los últimos meses, los nuevos datos son esperanzadores. Durante 2014 se ha producido el primer repunte de la inversión general en términos reales. Y, todavía más importante, esta recuperación viene de la mano de la inversión privada encabezada por las empresas (un crecimiento del 6,7% el pasado año). A la espera de la recuperación definitiva del consumo de los hogares, la buena noticia está en que las empresas llevan ya un tiempo reforzando su capacidad de producción, con todo lo que eso lleva de confianza en el futuro.