El negocio de las tasadoras vuelve a crecer ocho años después
Para la actividad tasadora, el año pasado también será recordado como el principio del fin. Por primera vez desde 2006, ejercicio en el que se alcanzaron las cifras más elevadas de volumen de negocio y número de operaciones, las empresas que se dedican a esta labor habían asistido a un constante ajuste de las valoraciones, como consecuencia de la menor pujanza inmobiliaria y crediticia. Sin embargo, ocho ejercicios más tarde la realidad parece que comienza lentamente a dar la vuelta.
Los datos elaborados por la Asociación Española de Análisis de Valor (AEV), patronal que representa casi al 90% del sector, así lo corroboran. Tal y como ha podido saber CincoDías, 22 de los 23 socios con que cuenta esta organización (la tasadora Sivasa, filial de Santander dejó el año pasado de operar como tal, aunque sigue perteneciendo a la AEV) obtuvieron una facturación agregada de 203,9 millones de euros, lo que supone una mejora del 10,2% respecto al ejercicio anterior, cuando ingresaron 185,1 millones.
Si se mide la actividad por el número de operaciones realizadas, la mejora es aún más notable. Así, durante 2014 se contabilizaron 675.949 tasaciones, un volumen un 17,4% más elevado que el de 2013. El secretario de la AEV, José Manuel Gómez de Miguel, explica cómo el pasado año ha marcado el fin de la recesión, “que no de la crisis”, puntualiza. “Podemos decir que la actividad ha dejado de caer y confiamos en que la recuperación se consolide a lo largo de este año por el mayor volumen de crédito y ventas de inmuebles”, explica.
A estas cifras de la veintena de compañías que componen la AEV habrá que sumar la facturación y el número de operaciones realizadas por otras 15 tasadoras que completan el sector, pero que no están asociadas a esta patronal. Son cifras que publica anualmente el Banco de España (normalmente en verano), institución encargada de supervisar y velar por el cumplimiento de las reglas de juego en esta actividad. En 2013, esas otras tasadoras facturaron un total de 23,2 millones y representaron el 11% del total de la facturación.
Pese a la mejoría que se constata que hubo durante el pasado ejercicio, el ajuste acumulado por este sector es muy importante. Valgan como ejemplos apenas dos datos. Frente a una facturación actual ligeramente superior a los 220 millones, en 2006 se llegaron a alcanzar los 600. Y frente a las 675.000 tasaciones de 2014, en 2006 se sumaron dos millones.
Aumenta el empleo
Gómez de Miguel explica, no obstante, que en esa cifra de tasaciones del año pasado no estarían incluidas algunas valoraciones, puesto que el Banco de España decidió cambiar la estadística, por lo que aconseja “ser prudente con la comparación de años anteriores a 2013. Cuanto más atrás retrocedamos en la serie hay que pensar que un 5% de las operaciones que antes se realizaban, ahora la nueva metodología las excluye”, advierte.
De esta forma, la AEV, al hablar de tasación, siempre se refiere a las valoraciones reguladas, que son aquellas dirigidas esencialmente al mercado hipotecario y a los activos de las entidades financieras y excluye otros tipos de tasaciones que también realizan estas compañías, como son las de carácter meramente estadístico o las llamadas de gabinete, aquellas que no requieren la visita al inmueble.
Preguntado por los retos a los que se enfrenta el sector ahora que parece que la situación remonta, el secretario de la AEV augura que continuará la reestructuración en el número de sociedades, pese al ajuste que ya se ha producido en los últimos seis años. Gómez de Miguel recuerda cómo en 2007, momento en el que comenzó la crisis, estaban censadas por el Banco de España 59 tasadoras que tenían en plantilla a 2.071 empleados y daban trabajo a unos 10.000 tasadores independientes.
Hoy apenas quedan 37 entidades, de las que las 22 asociadas a la AEV mantienen en nómina a 1.160 trabajadores y nutren de negocio a otros 6.389 profesionales de la tasación. Pese a la reducción que representan estos números en términos agregados, 2014 también supuso el final de la sangría para el empleo que trajo consigo la crisis. De hecho, en 2013 las empresas de la patronal AEV tenían en plantilla a 1.126 empleados y trabajaban con un total de 6.029 tasadores. Aún así, y aunque hay muchas compañías locales, “no hay razones para pensar que las fusiones no van a continuar”, añade.
Sector concentrado y desvinculado de la banca
Los tasadores fueron acusados, junto con la banca y los promotores, de ser los culpables de la formación de la pasada burbuja inmobiliaria por culpa de unas valoraciones que inflaban de manera artificial los precios de los inmuebles.
Fuesen o no justiprecios anormalmente elevados, lo que sí fue un hecho constatable es que entonces la mitad de las operaciones que se realizaban lo eran por encargo de las entidades financieras a tasadoras con las que tenían alguna clase de vinculación, cuando no eran de su propiedad directamente. Eso ahora ya no es posible después de los cambios normativos introducidos por el Banco de España, en un intento por mejorar la reputación de esta profesión y devolver a las tasaciones la solvencia y credibilidad que nunca debieron perder.
En la actualidad, estas compañías solo pueden contar con un máximo del 10% de participación en su capital procedente de entidades financieras y está perfectamente regulada y limitada cómo tiene que ser la relación entre los tasadores y los comerciales del banco que sea accionista o al que presten cualquier clase de servicio.
Estos son los principales cambios habidos en su marco regulador desde 2012 y 2014 porque en cuanto al grado de concentración, ha habido pocos avances.
Las tres primeras compañías por facturación, todas ellas asociadas de AEV, copan el 52,7% del total del negocio y el 49,7% de todas las valoraciones efectuadas. Las once siguientes, el 40,3% y las 15 compañías que no están adscritas a la Asociación Española de Análisis de Valor (AEV) el 11%. Con esta situación, y dado que el sector se prepara para recibir menos requerimientos de valoraciones de activos bancarios, todos apuestan por seguir con las fusiones.