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El esfuerzo inversor sí aumenta en el ambito empresarial

El Estado destina a inversión pública menos de la mitad que en 2007

El esfuerzo inversor alcanzó el 5,1% del PIB en 2009, cifra más propia de un país de Europa del Este Actualmente, sólo Irlanda y Chipre destina menos recursos públicos a la formación bruta de capital

La inversión en España
Alejandro Meraviglia

El conjunto de la Administración Pública destinó el año pasado 22.113 millones a inversión, cifra que representa el 2% del PIB. Supone el nivel más bajo registrado en Democracia y sería todavía menor sin la nueva norma contable europea que entró en vigor recientemente y que exige que el gasto en I+D se considere también inversión en términos de contabilidad nacional. España, en este ámbito, ha pasado de un extremo a otro. En 2007, era uno de los países europeos con un mayor nivel inversor y la formación bruta de capital fijo alcanzaba los 49.497 millones, el 4,6% del PIB. Siete años más tarde, el importe se ha reducido en un 57%. España es, junto con Irlanda y Grecia, el país que más ha recortado la inversión pública ante la necesidad de reducir los abultados números rojos. Aun así, durante los inicios de la crisis, el entonces Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero adoptó medidas expansivas y la inversión pública llegó a alcanzar en 2009 el 5,1% del PIB, el nivel más elevado de la historia y más propio de un país de Europa del Este.

Los datos de Eurostat reflejan que hoy España es el tercer país de la UE que menos recursos destina a inversión pública. Todo apunta a que esta tendencia se mantendrá, a pesar de la proximidad de las elecciones. Los compromisos para cumplir la reducción del déficit que exige Bruselas deja un margen escaso de discrecionalidad. En cualquier caso, España ha acumulado un importante stock de capital público durante la etapa expansiva. Ello es especialmente evidente en el sector ferroviario, marcado por la construcción de líneas de alta velocidad. En este sentido, Ciudadanos apuesta por frenar este tipo de inversiones y destinar mayores recursos a sectores que considera más productivos.

A pesar de la caída de la formación bruta de capital en la Administración, los últimos datos del INE reflejan que la inversión en el conjunto de la economía se incrementó en 2014 por primera vez desde el inicio de la crisis. Aumentó un 3,4%, un cambio de tendencia que se mantendrá durante los próximos años. La mejora fue posible por la participación de las empresas, que elevaron su ritmo inversor en el último año y absorbieron el descenso registrado en la Administración Pública y los hogares. En términos nominales, las empresas no financieras destinaron a inversión 142.648 millones en 2014, un 6,7% más que el ejercicio anterior. La formación bruta de capital equivale hoy al 13,5% del PIB y antes del inicio de la crisis se encontraba en el 17% del PIB.

El incremento de la formación bruta de capital fijo es un elemento que incide en la productividad de la economía. En este sentido, y ante la atonía que muestra el sector público tras años de expansión, resulta relevante que el esfuerzo inversor del sector privado regrese a tasas positivas. No ocurre lo mismo en los hogares, donde la inversión se concentra en la vivienda. Las familias invirtieron el año pasado 33.509 millones, un 1,4% menos que el ejercicio anterior y un 66,7% menos que en 2007. Una corrección lógica tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

En cualquier caso, el Ministerio de Economía estima que la inversión en construcción cerrará en 2015 en tasas positivas, una circunstancia que ya se produjo en los últimos trimestres del ejercicio anterior.

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