Los más azotados por la crisis del empleo empiezan a respirar
Desde hace unos meses hay más empleo. Las cifras oficiales que el Gobierno manda a Bruselas no dejan lugar a dudas: 428.000 nuevos puestos de trabajo en 2014. Y en los tres primeros meses de este año otros 250.000 más, según el registro de afiliación a la Seguridad Social.
Pero ¿qué ocurre con la calidad de este empleo? ¿Es tan mala como se denuncia desde la oposición y los sindicatos? Los datos estadísticos dicen que no, que también el tipo de ocupación que está surgiendo en los últimos meses es de mejor calidad o, al menos, tiende a la “normalización del mercado”. Así lo certifica la edición número 46 del Índice ManpowerGroup que disecciona lo ocurrido en el mercado laboral durante toda la crisis y lo compara con el último trimestre del pasado año.
El equipo de investigación del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, Josep Oliver, que ha elaborado este estudio, asegura: “el mercado laboral español muestra claros signos de mejora, con un avance notable del empleo y una creciente extensión sectorial de la contratación”.
En concreto, los primeros sectores en recuperarse comenzaron a dar signos positivos de creación de empleo a principios de 2013, cuando el 12% de los sectores de la economía española generó ocupación. Dos años después, a finales de 2014, ya es el 90% del tejido empresarial el que hace contrataciones netas.
Además, este análisis demuestra que “los sectores más castigados por la recesión son los que presentan un crecimiento de la contratación más acusado, lo que refuerza la hipótesis de solidez de la recuperación”. Para justificar esta afirmación, Oliver citó ayer como ejemplo “el cambio radical de la industria”, que ha visto recortar su empleo un 29,7% durante la crisis y ahora lleva dos trimestres consecutivos creando ocupación a un rimo del 4,3% interanual.
Es más, el sector industrial tiene más ocupados en siete de sus diez subsectores, y alcanza un crecimiento del empleo superior al 10% en las industrias textiles y de la madera (11,6%) y la química y farmacéutica (10,6%). Si bien, los autores del informe precisan cautelosamente que estas cifras no confirman la consolidación de la recuperación en la industria, sino que son solo un punto de partida que reflejan su crecimiento potencial. Y es que muchas de estas actividades han perdido casi la mitad de sus trabajadores, como es el caso de la industria textil, donde se ha destruido el 45% del empleo desde finales de 2007.
También, destacan que el sector servicios, principal en la economía española, lleva cinco trimestres creando empleo. Las profesiones científicas y técnicas y la hostelería son las actividades que más crecen, por encima del 6%. Si bien, alertan sobre el incremento de los servicios públicos (Administración, sanidad y educación del sector público y privado) que podrían estar fuertemente condicionados al alza por la cercanía electoral.
Más asalariados temporales
Pero, según Oliver hay otros cambios en los últimos meses que respaldan la “robustez” de la recuperación del empleo. Por primera vez en la crisis, la subocupación (personas que trabajan menos horas de las que desearían) cae cinco puntos, al 33%. Y, relacionado con esto, los empleos a jornada completa crecen un 2,5% frente a un 2,4% de la parcial, aunque esta última acumula un aumento del 25% en la crisis frente a una caída del 20% de las jornadas de ocho horas.
Asimismo, los asalariados crecen un 2,8% anual, por encima del 1,4% de los autónomos. Estos últimos tuvieron un avance “ficticio” cercano al 4% en el máximo momento de destrucción de empleo asalariado (cercano al -7%). También, los temporales, que perdieron el 35% del empleo en la crisis se recuperan con un avance del 5,3%, mientras que los fijos –menos dañados en la crisis con una contracción acumulada del -6%– se incrementan un 2%.
Todos estos datos muestran “que el cambio de sentido en el mercado de trabajo es mucho más sólido que en la etapa anterior”, según Oliver. Es más, asegura que esta última crisis “probablemente será la última en mucho tiempo, y no porque los españoles hayamos cambiado nuestro ADN, sino por los nuevos controles de Bruselas”.
Aún hay tres millones difícilmente empleables
Los datos estadísticos indican más empleo y que éste empieza a normalizar su calidad. Pero existen dos colectivos que aún no ven mejorar ni sus condiciones, ni sus perspectivas. Se trata de los jóvenes y de los trabajadores sin cualificar.
Aunque ambos grupos podrían empezar a dejar de destruir empleo este año, son los que más lejos están de recuperar los niveles de empleo previos a la crisis.
De hecho, el índice ManpowerGroup elaborado por Josep Oliver, asegura que de los 4,5 millones de parados que existen, hay tres millones de personas “con escasas posibilidades de ser empleados”. Este nivel de desempleo tiene, además, “muchos riesgos de cronificarse”, dejando el paro estructural en niveles muy altos, advirtió el presidente ejecutivo de Manpower Group, Raúl Grijalba.
Ante esta situación, Oliver explicó que o bien el Gobierno apuesta por “políticas activas de formación para el empleo “muy agresivas” o de lo contrario, se corre el riesgo de que en cuatro o cinco años con más de dos millones de parados se necesiten inmigrantes cualificados para cubrir las necesidades del mercado. De hecho, esto ya ocurre en algunos sectores industriales especializados y en puestos específicos de tecnología de la información. En cualquier caso, aunque se consiguiera reducir este paro estructural a 1,5 millones, como antes de la crisis, harán falta inmigrantes en el entorno de 2020 por la caída demográfica, dijo Oliver.