Axa, el mayor inversor extranjero en deuda del Tesoro
Bancos, aseguradoras, fondos de inversión, planes de pensiones... este tipo de inversores institucionales son los mayores tenedores de deuda pública española pero, ¿quién es el grupo que acumula una mayor inversión en bonos emitidos por el Tesoro? Entre los inversores extranjeros es la aseguradora Axa quien tiene una mayor exposición, según ha explicado el consejero delegado de la filial española, Jean-Paul Rignault, durante la presentación anual de resultados. El grupo controla deuda española por un importe de 14.100 millones de euros.
Axa España cerró el ejercicio 2014 con un beneficio neto de 108,6 millones de euros, lo que supone un incremento del 83% respecto al mismo periodo del año anterior, según ha anunciado el consejero delegado Jean Paul Rignault, quien ha adelantado que la entidad invertirá 50 millones de euros en el país en los dos próximos años en el marco de su plan estratégico.
En rueda de prensa, Rignault ha apuntado que el volumen de facturación de la aseguradora en España se ha situado por encima de los 2.580 millones de euros, un 0,9% menos que los 2.613 millones de euros facturados hace un año. Mientras, el resultado operativo de la compañía creció un 56,6%, hasta los 92,8 millones de euros.
Los mayores crecimientos se han observado en los ramos de salud y protección (+4%) y ahorro inversión / vida (+7,4%), considerados prioritarios por Axa. Sin embargo, el negocio de no vida ha caído un 5,1%, hasta los 1.573 millones de euros.
Esta reducción se debe, entre otras cosas, a que la aseguradora ha decidido salir del negocio de grandes flotas de renting, ya que no era rentable, según ha dicho Rignault, quien ha precisado que “no es una alegría perder un cliente”, pero es necesario proteger “la inmensa mayoría de la cartera.
Reducción de gastos
La compañía también ha recortado sus gastos un 10%, hasta los 2.748 millones de euros y ha mejorado la eficiencia y la rentabilidad. Con más del 90% de su negocio mediado, Axa mantiene en España seis direcciones territoriales y 7.000 puntos de distribución y venta.
Para Rignault, “los resultados de 2014 son muy positivos, pero son solo una etapa en el camino” que ha tomado la aseguradora de la rentabilidad, la diversificación y la transformación. “Es un buen arranque para nuestro plan estratégico”, ha agregado.
Estas directrices permitirán a la compañía posicionarse en “una situación más privilegiada a largo plazo, con un modelo de negocio aún más fuerte, diversificado, mediadores más eficientes y un alto nivel de equipo humano”.
“Es evidente que el mundo ha cambiado, las nuevas tecnologías nos permiten conocer mejor a nuestros clientes, sus nuevos riesgos y hemos de afrontar cuanto antes una profunda transformación del sector asegurador”, ha insistido el consejero delegado de la aseguradora.
El plan tiene tres líneas maestras centradas en los clientes, los distribuidores y la propia compañía y van desde el uso del big data hasta la transformación y la eficiencia en la distribución. Para llevarlo a cabo, Axa invertirá 50 millones de euros en los dos próximos años.
Ahora, el objetivo de Axa pasa por crecer en España en clientes y en los ramos en los que ya está trabajando, aprovechando la recuperación económica. En este sentido, el directivo ha señalado que desarrollarán una nueva gama de productos para conseguir reforzar la vinculación del cliente.
“En España tenemos una relación de dos productos por cliente y no es suficiente. En otros países, tenemos una media de tres o superior a tres. Por eso ofreceremos nuevos productos y atraeremos nuevos clientes a través de todos los canales que tenemos”, ha añadido.
A pesar de que la recuperación económica ya se hace patente en España, el consejero delegado de Axa ha manifestado que el sector asegurador se enfrenta a una serie de retos en el futuro, entre los que ha destacado el aumento de siniestralidad.
A ello también ha sumado la llegada del nuevo baremo de autos, que podría ser aprobado este viernes y que contempla una mejoría en las indemnizaciones de daños corporales, y la adaptación de las compañías a la nueva regulación Solvencia II.
Finalmente, Rignault se ha centrado en el entorno de bajos tipos de interés en el que tienen que trabajar las compañías aseguradoras y que podría afectar al negocio de Vida.