Acelerón de salidas a Bolsa: cinco firmas que se estrenan
Sabadell y Telefónica están manos a la obra con ampliaciones de capital para captar respectivamente 1.600 y 3.000 millones de euros. La hornada de salidas a Bolsa para este año se concentrará en las próximas semanas. No es casualidad. Tres factores juegan a favor de esta avalancha de operaciones para antes del mes de junio.
El primero, el buen momento de mercado, con el Ibex en máximos de enero de 2010. El segundo, el rally de elecciones y la posible fragmentación política que puedan deparar. Los comicios municipales y autonómicos arrancarán la carrera el 24 de mayo. El 27 de septiembre llegarán las elecciones catalanas y a partir de noviembre, las generales.
El tercer vector está en la normativa que impide vender acciones en EEUU en una oferta pública de venta (OPV)o de Suscripción (OPS) con una cuenta de resultados auditada con una antigüedad superior a 134 días. Con las de cierre de 2014, esta ventana concluirá el 14 de mayo. La segunda, la de las cuentas del primer trimestre, finalizará el 12 de agosto, temporada veraniega y usualmente inhóspita para los debuts bursátiles.
“Estamos acelerando todos los trámites para sacar a las empresas interesadas;la recta final del ejercicio probablemente no sea tan propicia”, explican desde un banco de inversión. Talgo ya tiene el visto bueno de su junta de accionistas para colocar hasta el 50% de su capital. Santander, JP Morgan y Nomura son los bancos colocadores. El rango de valoración inicial oscila entre los 1.000 y los 1.500 millones, y los accionistas que venden –los fondos de capital riesgo Trilantic Capital (con un 63%) y MHC Private Equity (16,2%)– esperan lograr alrededor de 500 millones con la OPV. Talgo facturó 384 millones el año pasado, con un ebitda de 90 millones.
Cellnex, el nuevo nombre de la filial de telecomunicaciones de Abertis, trabaja para tener listo su folleto a lo largo de abril o inicios de mayo. Las valoraciones iniciales sitúan su capitalización por encima de los 2.000 millones.
Euskaltel, la teleco que opera en el País Vasco, participada en un 49,9% por Kutxabank y en un 48,1% por los fondos de capital riesgo Investindustrial y Trilantic, se dispone a salir a Bolsa. Su valoración inicial ronda los 1.500 millones.
El grupo de construcción e ingeniería Isolux ha desistido de salir este año.
Sacyr también ultima la reactivación en Bolsa de Testa, de la que controla el 99,5%. La fórmula pasaría por reducir su capital social y repartir un dividendo, para después ampliar capital y dar entrada a nuevos socios. El grupo constructor bajaría su participación al 70%.
Desde fondos soberanos a ‘hedge funds’
El éxito de la reciente salida a Bolsa de Aena puso de manifiesto el elevado apetito del capital internacional por la inversión en activos españoles, que se ha visto confirmado con la disputa mantenida por dos gigantes mundiales de la inversión como George Soros y Carlos Slim en su batalla por controlar primero la constructora FCCy, más recientemente, la inmobiliaria Realia. La abundancia de liquidez que ha puesto en el mercado el plan de compras del BCE, la toma de posiciones en las carteras propia del inicio del año y una economía en recuperación están consolidando el interés de los inversores internacionales hacia España. Desde los de un perfil más especulativo hasta los que invierten con miras a largo plazo. Según reconocen fuentes de la banca de inversión, si en un primer momento la afluencia inversora se concentraba en perfiles más especulativos, ahora el abanico se ha abierto. Por un lado, entre los inversores a los que atraen las colocaciones en el mercado español figuran los de perfil más estable, como son los fondos soberanos o las aseguradoras y planes de pensiones, que aspiran a rentabilidades modestas, de un dígito. En un segundo nivel aparecen los fondos de infraestructuras, con una vocación inversora de entre cinco y siete años y un objetivo de rentabilidad del 10% al 12%. Y ya con una perspectiva más especulativa, aparecen los fondos de capital riesgo y los hedge funds como los de Soros, con una vocación de permanencia que en general ronda el lustro y un objetivo de rentabilidad del 15% al 20%.