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Destaca la vanguardista bodega de Antinori

De bodegas por el Chianti más clásico

Un viaje por el templo del vino más reconocido del corazón de la Toscana, entre vieñedos, enotecas y pueblos medievales

Alfonso Simón Ruiz

Estrechas carreteras de suaves curvas, subidas y bajadas por las colinas de la Toscana entre cipreses y verdes viñedos. Así es el paisaje de donde se elabora uno de los vinos más conocidos internacionalmente, el chianti. En esa zona italiana ubicada a 30 kilómetros de Florencia, las históricas bodegas han creado una cultura propia que atrae a miles de turistas.

En las carreteras de la región del Valle de Chianti se divisan carteles invitando a entrar a las fincas, que en su interior cuentan con viejas casonas, históricas bodegas e incluso castillos. Déjese sorprender y entre por las sendas entre viñedos, normalmente en espaldera. La costumbre es dar de probar las variedades de vino al visitante, para que compre las botellas que prefiera. Muchas de estas cantine están al aire libre, dando el uso de mesa a las viejas barricas.

Guía para el viajero

- CÓMO IR. Tanto Pisa como Florencia cuentan con aeropuertos internacionales con frecuentes vuelos. A la ciudad de la torre inclinada llega la aerolínea de bajo coste Ryanair desde España. Vueling e Iberia vuelan a Florencia desde Madrid y Barcelona a partir de 100 euros.

- Dónde dormir. Existen dos opciones. O alojarse en un hotel urbano en Florencia o Siena o decantarse por un alojamiento rural. Si este último es su caso, además de Borgo San Felice de Relais & Chateaux, existen opciones de lujo como el Castello di Spaltenna Exclusive Resort & Spa en plena campiña toscana, Il Casello Country House, o el Hotel Le Fontanelle (del siglo XVIII). En Florencia hay legendarias opciones de cinco estrellas como el St. Regis, Bernini, Relais Santa Croce, Il Salvatiano, el Palazzo Magnani o la Ville sull Arno, un coqueto establecimiento junto al río que atraviesa la ciudad.

- Qué ver. Chianti es una de las zonas que componen la Toscana, una de las regiones más visitadas del mundo. Las opciones son ilimitadas. Si opta por un recorrido enológico por Chianti, una recomendación pasa por comenzar o terminar el viaje en algunas de las ciudades históricas de la zona. Florencia, al que le puede dedicar tres días para ver sus innumerables obras de arte, Pisa o Siena, con su afamada Piazza del Campo, la Fortezza Medicea y el duomo. Sin olvidarse de pueblos como Arezzo, Montelpulciano, Pienza, San Gimignano, Volterra, Lucca...

La uva reina de la zona entre Florencia y Siena es la sangiovese, materia prima histórica de los tintos de la denominación de origen que tiene como sello un gallo negro. El chianti classico contiene un mínimo del 75% de esta variedad. El resto queda a la imaginación del enólogo. El recorrido a través de la strada chiantigiana (la carretera local) puede comenzar en el medieval Greve in Chianti, pueblo de nacimiento del explorador Americo Vespucio. Allí le espera la villa fortificada Montefioralle y el Museo de Arte Sacro. La Antica Macelleria Falorni, una carnicería abierta en 1806, cuenta con un bistró para probar embutidos como el salami y tartar con queso.

Entre la tradición de la zona contrasta la espectacular y vanguardista bodega de Antinori, concebida como un edificio escultórico y que merece una visita. Ha levantado su propio museo de arte contemporáneo y otro etnográfico sobre el vino, organizan visitas por el viñedo y cuentan con el sofisticado restaurante Rinuccio 1180, con vistas a las colinas toscanas.

Otra bodega para no perderse y que también dispone de un pequeño museo de arte contemporáneo es Castello di Ama. Además, ofrece una de las marcas más reputadas internacionalmente, el chianti classico San Lorenzo Gran Selezione 2010, que se puede probar en su propia enoteca.

Los vinos de la zona apenas ya se presentan en la típica botella con el fondo tejido en paja, pero todavía quedan algunas bodegas que lo siguen presentando así, según el gusto del turista.

San Felice Chianti Classico, de la bodega del mismo nombre, también está reconocido como uno de los mejores vinos del mundo y se mantiene dentro de un precio asequible entorno a los 10 euros. En esta finca está enclavado Borgo San Felice, un hotel rural de cinco estrellas con el sello Relais & Chateaux, el más exclusivo de la zona. Incluso dispone de helipuerto para llevar a los huéspedes desde Florencia o Siena. El cercano pueblo de Radda in Chianti, se convierte en una buena opción para comer en los numerosos restaurantes de sus calles medievales e incluso una buena apuesta es comprar recuerdos en las tiendas gourmet especializadas en los productos locales como la trufa. Entre los pasajes medievales de Castellina, pruebe otro de los tesoros del valle, el aceite de oliva, un oro verde por el que también están apostando casi todas las bodegas.

En Panzano, una villa sobre una colina con un castillo del siglo IV, pruebe el típico gran filete de ternera a la brasa de la zona, tamaño dinosaurio, el bistecca a la fiorentina en Antica Macelleria Cecchini, donde preparan la carne a a la vista del comensal y la sirven en un menú junto a platos típicos. Finalmente, es recomendable desviarse hacia el cercano sur, al Valle de Orcia, sembrado de cipreses, cereal, olivos en suaves colinas, y que es patrimonio de la Unesco.

Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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