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Los 13 problemas de los autónomos frente a los que está indefenso El número de autónomos continúa creciendo, y son muchos los halagos recibidos por parte de la sociedad y de las instituciones públicas, debido a la gran aportación que realizan a la economía del país. Halagos que no se traducen en mejoras de sus condiciones laborales o fiscales, como demuestra la siguiente recopilación con los principales problemas que tiene el autónomo en 2015. A pesar de que se han reducido los tiempos para iniciar una actividad, sigue siendo necesario que una sóla persona rellene diferentes impresos para llevar a cabo una única actividad. La gestión de altas y bajas laborales u otras gestiones telemáticas son una utopía sin una gestoría o apoyo externo. El IVA de caja no ha cuajado, y los autónomos siguen teniendo que adelantar el IVA de facturas que no ha cobrado. Teniendo en cuenta la alta morosidad, se crea un importante problema de liquidez para la actividad del autónomo La cuota de autónomos en España es muy elevada en comparación con otros países, y no tiene en cuenta los ingresos que el autónomo pueda tener. Los costes de la Seguridad Social cuando se contrata un empleado son elevados. Las ayudas no son de fácil acceso para el autónomo. Muchos de los autónomos se han dado de alta en busca de un empleo que el mercado laboral no les brinda. Esto ha generado altos ratios de estrés derivados de una gestión unipersonal que se encarga de prácticamente todo en el negocio. El crédito se recupera, pero no para los autónomos. Los préstamos de menor tamaño siguen sin fluir como lo hacían antes. Ante situaciones de impagos o imprevistos, el autónomo está totalmente desprotegido, al no poder utilizar esta modalidad financiera. Tampoco puede hacer grandes inversiones para crecer, al no ser que salgan de su bolsillo. Las coberturas sociales de un trabajador autónomo son otro importante problema. La prestación por cese de actividad, o paro de los autónomos, sólo se concede al 30% de quienes lo solicitan, y eso que se han flexibilizado las condiciones de acceso en los últimos meses. Muchos autónomos se han visto obligados a trabajar desde casa, haciendo uso de sus propias instalaciones y recursos para la ejecución de un trabajo. Gastos como luz, agua, oficina o gas que es difícil desgravarse, y que son indispensables para la actividad profesional. Cuando tu competencia trabaja en negro es muy difícil competir en precios con ella. En este caso, el autónomo se ve obligado a trabajar en esas mismas condiciones, o a perder la batalla debido a la indefensión cuando se enfrenta a casos de este tipo. Las diferencias con los trabajadores asalariados son abismales. Un autónomo cobra casi 500 euros de pensión que un asalariado. Las cuotas por ser autónomo son tan elevadas, que es difícil elevar la cotización en busca de una mayor pensión en el futuro. Las deudas que un autónomo haya contraído le lastran de por vida. Con la Ley de Segunda Oportunidad se ha intentado corregir este problema, aunque ahora sabemos que las deudas con la Administración Pública, que son las más comunes, no estarán incluidas, con lo que es posible que esta normativa genere muy pocas nuevas oportunidades Muchos autónomos están completamente solos en la gestión de su actividad. ¿Qué ocurre si me pongo enfermo? ¿Qué puedo hacer si tengo que cuidar a un familiar? Se han presentado leyes recientemente que intentan apoyar este tipo de situaciones, aunque son incompletas.