Caixabank, a contracorriente: mantendrá sus más de 5.000 oficinas por lo menos hasta 2018
Caixabank presenta hoy en Londres su nuevo plan estratégico a cuatro años (2015 a 2018) con ambiciosos objetivos de crecimiento del negocio, sobre todo en su mercado natural, España, pese a los bajos tipos de interés que prevé que mantendrá el BCE hasta 2017 (estima que el Euribor a 12 meses entre 2015 a 2018 está en un promedio del 0,7%). Su objetivo final es alcanzar una rentabilidad sobre los recursos propios tangibles (ROTE) del 12% al 14% en tres o cuatro años (el ROE es dos puntos más bajos), pese a partir del 3,4%. El mercado está pidiendo ya un ROE del 12%, según explican las autoridades supervisoras europeas.
Además, pretende mantener su ratio de capital CET1 fully loaded (completada la implantación de Basilea III) entre el 11% al 12%, objetivo que ya cumple al llegar ahora esta ratio al 11,5%.
En 2017, de hecho, espera repartir un dividendo extraordinario si el nivel de capital supera este 12% o recomprar acciones de autocartera. El principal beneficiario de esta operación sería su fundación La Caixa, que controla el 59% de su capital, porcentaje que se reducirá al 56% en dos años, aunque como explica su presidente, Isidro Fainé, la caja no descarta bajar su participación del 50% en un futuro (la ley de cajas de ahorros y fundaciones fija por debajo del 50% de tope del capital que pueden controlar estas instituciones en cinco años para no estar penalizado con un fondo de reserva).
También aspira a tener una cuota de mercado en España en créditos y depósitos del 20%, frente una media del 15% actual, con aumentos anuales del 0,6 al 0,7 puntos porcentuales . Considera que aún tiene una gran capacidad de crecimiento en varias comunidades autónomas donde posee una cuota pequeña y que coinciden casi con aquellas en las que no ha realizado adquisiciones. Estas son Galicia, Asturias, País Vasco e incluso en Madrid donde acaba de adquirir la red minorista de Barclays España.
Y pese a que Fainé da casi ya por concluido el ajuste del mapa financiero español no descarta que aún se haga alguna operación. En Londres, de hecho, el número dos explicó a los inversores que la entidad valoraría "nuevas oportunidades de consolidación con jugadores locales en regiones con menor penetración de clientes". Aunque espera que haya operaciones de concentración en Europa, donde Caixabank ha sido la primera entidad del continente tras iniciarse la supervisión única del BCE en anunciar una opa sobre el portugués BPI, entidad en la que ya controla el 44% de su capital, pero solo el 20% de los votos. Pese a esta operación, el banco español no prevé nuevas compras internacionales ya que prefiere mantener su estrategia de llegar a acuerdos comerciales con las entidades en las que ya tiene una participación, que salvo en BPI, en ninguna más es de control.
Para lograr cumplir su plan estratégico el banco se centrará, sobre todo, en el crecimiento de sus ingresos por encima del 5,7% anual. Según recuerdan sus directivos, Caixabank parte ya como la primera entidad financiera del país, puesto que alcanzó durante la crisis gracias también a las compras que ha realizado durante este periodo (ha absorbido a Caixa Girona, Banca Cívica, Banco de Valencia y más recientemente al negocio minorista de Barclays España).En su plan a cuatro años se incluye el crecimiento de sus créditos sanos (sin promotores) del 4% anual y los recursos de clientes en un 6% también al año. Según sus previsiones el conjunto del sector aumentará el crédito el 0,8% en 2016 y el 2,3% en 2018, mientras que este año seguirá en descendiendo un 0,5%. En recursos de clientes el aumento será del 3,5% este año y del 4,5% en 2018.
Este será también su principal pilar para mejorar su eficiencia y situarla en el 45% a finales de 2018, frente al 56,8% actual. “El objetivo es mantener crecimientos cero de los gastos durante los cuatro años”, explica Gonzalo Gortázar, consejero delegado de la entidad.
Pero el banco, el más grande de España por red de oficinas, no está dispuesto a prescindir de sus sucursales. No tiene intención de cerrar oficinas ni de reducir su plantilla con ERE. Su idea es mantener su red porque “tenemos oficinas más pequeñas” que el resto de los competidores y por lo tanto son más rentables al tener menos empleados, son oficinas en las que se venden productos y se asesora, explica Gonzalo Gortázar.
La renovación de la plantilla se producirá de forma natural, con prejubilaciones y contratación de universitarios, lo que abaratarán los costes, ya que como reconoce el número dos del banco, las nuevas contrataciones “son más baratas” porque la idea que tiene el banco es “no destruir empleo”. Y como ejemplo la entidad compara la media de empleados por cada 10.000 habitantes de la banca de la eurozona, con 64,9 trabajadores, mientras que en España es de 45,1. “Aunque muchos bancos han reducido oficinas, nosotros no”, insistió Gortázar. Como dato que facilitó es que los gastos generales por oficina de Caixabank es de 228.000 euros, frente a los 493.000 euros de la quinta con mayos coste, o de los 366.000 euros de la anterior a la firma catalana. “Nuestras oficinas son muy pequeñas y muy ágiles”, recalcó el número dos de Caixabank.
Todo ello se compaginará con la digitalización del banco, proceso que ya permite a Caixabank que sus clientes realicen ya más del 50% de sus operaciones a través de los canales alternativos.
Las necesidades de menores provisiones, por la recuperación de la economía (su estimación es que el PIB mejore un 2,5% este año, un 2,3%en 2016, un 2,1% un año después y un 2,2% en 2018) también influirán positivamente en el objetivo de llegar a una rentabilidad del 14% en 2018. Su reto es bajar su morosidad del 9,9% al 4% al final del plan estratégico, lo que supone bajar el saldo de dudosos de los 22.400 millones de euros actuales a los 8.800 millones y de su exposición inmobiliaria problemática de los 11.000 millones a menos de los 5.000 millones, gracias también a una recuperación del sector inmobiliario, con una estabilización de los precios y de una cierta expansión del negocio. El banco espera, de hecho, abandonar las pérdidas en este capítulo en dos años.
Dividendo
El banco prevé mantener un pay-out en los próximos años del 50% o incluso mayor. “El dividendo es algo muy importante para esta casa”, explicó Fainé. El objetivo, además, es pagar en efectivo. De momento, este año el abono al accionista será en cash dos dividendos y dos en scrip dividend, aunque la tendencia es remunerar todo en efectivo. En su plan estratégico el banco “se compromete a repartir uun dividendo elevado y estable”.
Bajar peso en las participadas
Caixabank, como el resto de las entidades españolas en particular y europeas en particular, pretenden mejorar la gestión de su capital al aumentar sus exigencias por parte del BCE y de todos los organismos internacionales. Para ello, además de reducir su exposición al inmobiliario problemático en más de un 55%, espera reducir un tercio el consumo de capital de la cartera de participadas hasta que represente el 10% a favor del crecimiento del negocio bancario.
En la cartera de Caixabank, además, de sus participaciones en entidades financieras están sus participaciones en Repsol y Telefónica, principalmente. El resto se encuentran en la cartera de Criteria, que además, es de la que cuelga el banco.
Líderes en confianza y en banca sencilla
Caixabank sigue la senda de Santander al marcarse como objetivo en su plan estratégico ser “líderes en confianza y rentabilidad en base a la calidad de servicio y al compromiso social. Con una banca sencilla y cercana”, insistió Fainé. El banquero, el más veterano del sector, considera que la profesionalidad es clave para ganarse la confianza del cliente.
Presidencia de Fainé
Isidro Fainé deja en manos del consejo de administración de la Fundación La Caixa y de Caixabank su continuidad en la presidencia de ambas instituciones en los próximos años. Según la ley de cajas y fundaciones el presidente de un banco y a la vez de la fundación debe elegir entre ambos cargos como tope en junio de 2016.