Renúevate: ¡Activa tu empresa!
Por Joan Riera, profesor del Departamento de Dirección General y Estrategia de ESADE
Las turbulencias económicas han generado cambios profundos en el tejido empresarial. En un mismo entorno conviven compañías tradicionales con claros retos de adaptación junto a empresas dinámicas que se desarrollan rápidamente haciendo que la volatilidad juegue a su favor. Se habla de que se ha forjado una nueva raza empresarial que combina la flexibilidad con la robustez.
Muchas de las empresas que configuran esta nueva tipología empresarial han nacido en el entorno actual, no conciben el concepto crisis porque no han vivido en la bonanza. Sus equipos son de alto rendimiento y muy ligeros, porque son pocos y muy preparados. Prefieren complementarse trabajando en red, son muy conscientes que los mejores están fuera y es inviable ficharlos, saben que es vital hacer la organización permeable. Un eje claro de valor y ventaja competitiva es su composición multidisciplinar primando la actitud, así como la dimensión multicultural, porque nacen globales aprovechando una coyuntura que hace el mundo mucho más accesible.
Sus organizaciones son planas, sin jerarquías, porque no hay “empleados”, sino un equipo. Aunque técnicamente los contratos sean de trabajo por cuenta ajena, los acuerdos son win-win, todo el mundo gana, todos contribuimos y nos sentimos parte de la aventura. La pasión les da energía y confianza, están dispuestos a aprender y experimentar con optimismo. Prevalece la orientación a resultados, la responsabilidad y la libertad, con una motivación fundamentada en retos y propósitos. Saben que los buenos siempre tienen empleabilidad, y que las organizaciones tradicionales solo retienen a los peores, y lo que es peor, promocionan basándose en la antigüedad.
En la dimensión práctica podemos activar las organizaciones tradicionales progresivamente, generando la energía que nos llevará a un nuevo nivel de resultados. Revisemos los cimientos de nuestra estrategia, repensemos nuestro modelo de negocio. Nuestro equipo precisa estímulos positivos, no necesariamente monetarios. Ofrezcamos experiencias, desarrollo y también cierto humor. Y no nos olvidemos de celebrar los éxitos, debemos reconocer los esfuerzos. Por cierto, no esperemos activar la empresa si antes no nos activamos a nosotros mismos, tanto física como mentalmente. Y como lo urgente no nos deja hacer lo importante, debemos encontrar el tiempo para pensar y planificar, hay que vencer la inercia del día a día. Eso sí, cuidado porque el secreto está siempre en la ejecución, por tanto, mi último consejo es claro: en nuestro Business Plan, menos Plan y más Business.