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Voces en su contra o a favor de una mayor regulación

¿Me conviene una gasolinera ‘low cost’?

Tras unas semanas en las que la gasolina bajó de la barrera de 1,10 euros el litro en muchas estaciones de servicio, los consumidores están viendo un nuevo rally alcista que en pocos días ha llevado a alzas superiores al 10%. El parón en el descenso del precio del barril y la caída del euro con respecto al dólar han llevado a que las empresas distribuidoras elevaran el precio con una rapidez que no se ve cuando el petróleo o el dólar bajan. Con todo ello, se vuelve a poner de relevancia la importancia de encontrar estaciones de servicio más económicas para nuestro equilibrio en la economía familiar.

La diferencia entre las mismas es a veces muy importante, incluso perteneciendo a la misma red y estando en la misma ciudad. Pero estas van a ser mucho mayores si tenemos en cuenta un nuevo tipo de establecimientos que quiere entrar con fuerza en nuestro mercado, el de las gasolineras “low cost”, que de momento sólo representan el 5% del total de España pero que están creciendo exponencialmente.

Limitaciones y su razonamiento

Este tipo de establecimientos no tienen personal, es autoservicio total desde el momento del repostaje hasta el pago y a cambio ofrecen los precios más económicos de las zonas donde están instaladas. Todo ello ha llevado a que distintas Comunidades Autónomas se han opuesto a las mismas y por supuesto el gremio de los empresarios de Estaciones de Servicio. La razón que esgrimen principalmente estos últimos es económica, pero no pensando en el bolsillo de los consumidores sino en una variable más “macro”, el empleo que hace perder estos establecimientos y que ya ha ocurrido en países cercanos como Bélgica. No les falta razón, pero fenómenos autoservicio los estamos viendo en otros sectores (por ejemplo en supermercados e hipermercados) sin que los empresarios se quejen de ello.

Por ello el argumento más importante es el que esgrimen las Comunidades Autónomas como Aragón, la primera en oponerse, y las que le han seguido de momento (Navarra, Andalucía y Castilla-La Mancha) y es la indefensión del consumidor.

Las modificaciones de estas últimas buscan que al menos se contrate una persona y que además de disminuir el impacto laboral, se da más seguridad al consumidor que puede ver como se vulneran los derechos de los usuarios en caso por ejemplo de cobro de una cantidad superior a la que ha repostado. Los sistemas de reclamación actuales de estos establecimientos son engorrosos y de resolución mucho más lenta.

Ese es el principal riesgo, y la medida parece adecuada, gasolina más barata pero siempre con un consumidor que no vea como se vulneran todos sus derechos.

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