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Columna
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Los bonus golpean de nuevo a Barclays

Barclays tiene que conseguir hacer bien este año su ronda de bonificaciones. Hace un año, los esfuerzos del banco británico para alejarse de su mordaz pasado con la banca de inversión chocaron con un obstáculo grave: otorgó mayores bonificaciones a pesar de que su beneficio había caído. El consejero delegado, Antony Jenkins, no quiere que esto vuelva a suceder.

A primera vista, Jenkins debería recortar las compensaciones. Puede que la banca de inversión de Barclays solo haya traído 730 millones de libras (unos 990 millones de euros) de beneficio neto en 2014, basado en la anualización de su actuación en los primeros nueve meses del año. Eso sería un 53% inferior a la actuación de 2013 y un mísero 5% de rentabilidad sobre el capital (ROE).

Suponiendo que pago total se encuentre de nuevo alrededor del 45% de los ingresos, como sucedió los dos años anteriores, la factura en conjunto debería caer en un 14%. Jenkins también tiene un menor número de banqueros a los que pagar. Su banca de inversión ha sacrificado 2.000 puestos de trabajo en los últimos meses, 400 de ellos directores y directores generales.

Hace un año, el banco británico otorgó unos incentivos de mayor tamaño a pesar de que su beneficio había caído

El problema es que Jenkins quiere que la división logre un ROE de entre el 9 y el 10% a medio plazo, algo bastante modesto, teniendo en cuenta el coste del capital. Pero para alcanzar su objetivo, tendría que recortar los bonus en 650 millones de libras.

Eso está fuera de su poder –o del de cualquiera– debido al delicado problema planteado por los bonus diferidos. La banca de inversión de Barclays tendrá que pagar a su personal entre 800 y 1.000 millones de libras por su trabajo en los años anteriores, suponiendo que se hayan cumplido los criterios de rendimiento. Eso tiene que ser contabilizado en 2014.

Es probable que la cantidad disponible para los incentivos ronde los 1.200 millones de libras, suponiendo que Barclays continúe con su práctica de limitar los premios a no más de un tercio de la cantidad de compensación total. Eso dejaría, a lo sumo, solo 480 millones de libras para cubrir los bonus de 2014.

Recortar más tiene el riesgo de alienar a los empleados. Y aun así, no sería suficiente para impulsar la rentabilidad para los accionistas a un nivel vagamente aceptable. El dolor de cabeza de los bonus golpeará a Barclays por segunda vez.

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