Seis fórmulas para evitar la bancarrota de Grecia
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, espera presentar este domingo su programa de Gobierno para someterse el martes al voto de confianza en el Parlamento. El punto más delicado es el rescate y la relación con la troika. Tsipras deberá calibrar muy bien sus propuestas para mantener abierta la vía de negociación con Bruselas sin perder el apoyo de su coalición (149 escaños de Syriza y 13 de Griegos Independientes). Si Tsipras supera la prueba, su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, se estrenará el miércoles en el Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro), donde comenzará el regateo de la deuda griega.
Prórroga del segundo rescate
La solución preferida del_Eurogrupo es una prórroga del rescate actual, como se hizo a finales del año pasado. Entonces se extendió del 31 de diciembre al próximo 28 d febrero para dar tiempo a Grecia a que resolviese el impasse provocado por las elecciones generales (ganadas por Syriza el 25 de enero). El nuevo Gobierno se niega a aceptar la prórroga, pero dispone de pocas opciones para evitarlo, sobre todo, tras la decisión del BCE de restringir la financiación del país si_Atenas no sigue bajo un programa de rescate. Sin ayuda exterior, de una u otra forma, Grecia se expone a la bancarrrota.
Rescate puente y 1.900 millones
En lugar de una prórroga pura y dura del segundo rescate (2011-2014), Atenas propone un “programa puente” para garantizar la financiación del país durante los próximos meses y poder negociar así un nuevo “contrato” entre Grecia y sus acreedores. Entretano, Grecia reclama los 1.900 millones de euros de beneficio obtenido por los bancos centrales de la zona euro con la compra de deuda griega. Bruselas recuerda que esa entrega fue una concesión supeditada al cumplimiento de las condiciones del rescate.
Quita innegociable
Tsipras y Varoufakis han comprobado durante su gira europea de esta semana que ninguno de los socios de la zona euro acepta negociar una quita nominal de la deuda griega. El ministro de Finanzas ya ha renunciado a ese objetivo, pero su partido podría reclamarlo. El viernes, la nueva presidenta del Parlamento griego, Zoi Konstantopoulou (de Syriza), tomó posesión del cargo con un discurso en el que defendió “una quita de la mayor parte de la deuda griega” y que el resto se pague en función del crecimiento económico del país.
Plazos de pago más largos
A falta de quita, la zona euro ha barajado la posibilidad de alargar los plazos de amortización de los prestamos. En el caso del fondo de rescate (142.000 millones), el principal no se empieza a pagar hasta 2023, con una media de amortización que ya es de 32 años. En los préstamos bilaterales (52.900) millones, la amortización está prevista durante 22 años a partir de 2020. Analistas griegos sugieren retrasar 30 años el comienzo del reembolso, hasta 2050. La zona euro prefiere prórrogas más cortas.
Tipos de interés casi intocables
La rebaja de los tipos de interés de los préstamos a Grecia parecía otra alternativa a la quita, pero en las últimas semanas ha perdido predicamento. El fondo de rescate (FEEF) ya solo cobra la comisión del préstamo, de modo que una rebaja en el interés sería a pérdidas y obligaría a una derrama entre los socios del euro, algunos de ellos, más pobres que Grecia. En los préstamos bilaterales, el recargo es de 150 puntos sobre el Euribor a tres meses. Una rebaja de ese recargo de más de medio punto podría dejar en pérdidas los préstamos de países como España (6.650 millones) o Italia (10.000 milllones). España, de hecho, ya ha advertido que está registrando pérdidas con su préstamo a Grecia porque en el momento de la concesión el Tesoro soportaba una prima de riesgo muy alta.
Tercer rescate o nuevas elecciones
A falta de la ronda de negociaciones que empezará esta semana, las posiciones de Atenas y la zona euro parecen tan alejadas que las alternativas más drásticas han ganado enteros en las últimas horas. Bruselas se muestra ya dispuesta a ofrecer a Grecia un tercer rescate (de entre 10.000 y 20.000 millones de euros), aun a sabiendas de que esa propuesta resulta un anatema para Syriza y sus aliados de Gobierno. Si las posturas de ambos bandos se mantienen inflexibles, Tsipras podría verse obligado a cambiar de socio de Gobierno y aliarse con los liberales de To Potami (17 escaños) o los socialistas del Pasok (13 escaños). Esa solución podría provocar también la rebelión de las bases de Syriza contra Alexis Tsipras y la deserción de sus propios diputados. En ese caso, el primer ministro podría optar por una prórroga del rescate y convocar de nuevo elecciones.