Vigor en los planes de pensiones
Las pensiones privadas se han instalado en la rampa del crecimiento. Las aportaciones netas a este sistema de previsión social complementaria se dispararon el pasado ejercicio hasta 1.200 millones de euros, una cifra que quintuplica la del año anterior y lleva el total gestionado hasta casi los 100.000 millones por primera vez en la historia. Una explicación inmediata de este fenómeno es la fiscal, ya que desde el 1 de enero de este año las aportaciones con derecho a deducción fiscal han bajado de 10.000 a 8.000 euros al año, lo que indudablemente ha servido de acicate para adelantarlas antes de fin de 2014. Sin embargo, hay otras poderosas razones para esta virtuosa evolución. La primera, la elevada rentabilidad que proporcionan los fondos de pensiones, cercana al 7% de media, lo que convierte su contratación en una muy estimable inversión, y más en un escenario en el que los depósitos apenas rentan. Una alta rentabilidad basada en el óptimo desempeño hasta ahora de la inversión en renta fija, lo que seguramente llevará a los gestores a una diversificación hacia la renta variable para mantenerla. Pero lo más importante es que, paralelamente a la creciente capacidad de ahorro por la mejora económica, los ciudadanos empiezan acertadamente a valorar más los planes complementarios a unas pensiones públicas cuya cobertura futura ya no se ve tan segura y generosa como antaño.