Grecia e Indra apuntalan al Ibex en los 10.500
Las aguas se calmaron hoy en el mercado griego, o al menos superaron la fuerte marejada de la víspera, lo que también trajo alivio al resto de Europa. Los inversores han comenzado a convivir con la incertidumbre que supondrá el proceso de renegociación de la deuda griega, que se aventura complicado y largo, más allá de que Grecia necesite una respuesta rápida ante la finalización del segundo rescate el próximo 28 de febrero.
El tono más calmado de los mercados griegos ha favorecido el tímido avance del Ibex, donde ha destacado sobre todo el alza de Indra, del 19,15% después de conocerse la entrada de Telefónica en su capital y el nombramiento de Fernando Abril-Martorell como nuevo presidente, y de Banco Sabadell, del 4,72% tras la presentación de sus resultados anuales.
El Ibex cerró en los 10.507,6 puntos, tras una ligera subida del 0,48%. “El fondo de mercado es positivo por la recuperación económica y la liquidez que inyectará el BCE, pero en el corto plazo podemos ver movimientos violentos. Grecia ha creado mucha sensación de inseguridad y contagio, es difícil moverse en el corto plazo”, resume Jesús de Blas, analista de Credit Agricole Mercagentes.
La primera reacción de los inversores a la victoria de Syriza, con subidas bursátiles en la jornada del lunes y sin apenas impacto sobre la deuda soberana, creó el espejismo de pensar que el mercado había asumido con total naturalidad la permanencia de Grecia en el euro –aun con la renegociación de su deuda pendiente– y la capacidad ilimitada del BCE de garantizar un rumbo alcista y de minimizar los episodios de incertidumbre con su nueva política de expansión cuantitativa. Pero los miedos volvieron, llevándose por delante casi la mitad del valor bursátil de los bancos griegos en tres días y arrastrando en su camino al resto de la banca periférica.
En la jornada de hoy, el derrumbe de la banca griega se frenó y dio paso al rebote, lo que devolvió cierta calma al conjunto de las Bolsas europeas. Frente al derrumbe de la víspera, los bancos griegos se anotaron las mayores subidas del sector en Europa, con alzas del 20% para Alpha Bank y del 12,5% para el National Bank of Greece. En ellas tuvieron mucho que ver las declaraciones de Danièle Nouy, presidenta del Consejo de Supervisión del BCE, que destacó que los bancos griegos han hecho “un buen trabajo” para fortalecer su solvencia. El mensaje llegaba justo en un momento en que los rumores de fuerte retirada de depósitos de los bancos helenos estaban haciendo temer el peor de los escenarios, el de un corralito, pese a que las entidades griegas tengan capacidad para solicitar las líneas de liquidez de emergencia (ELA) del BCE. Eso sí, siempre y cuando el país siga bajo el paraguas del rescate y la tutela de la troika, tal y como se ocupó de recordar recientemente Mario Draghi.
A falta todavía de que el Banco de Grecia publique datos oficiales de evolución de los depósitos en el mes de enero, en el mercado se especula con salidas de 10.000 millones de euros entre diciembre y lo que va del presente mes. Citi aun así matiza que la retirada de fondos fue mucho más pequeña el lunes 26, el día siguiente a la victoria de Syriza, que en comparación con la semana precedente. Esas salidas equivaldrían al 6% del total del saldo de depósitos (164.000 millones de euros a noviembre), que se compara con el 37% de retiradas registradas entre 2010 y 2012, añade Citi.
Las autoridades griegas también intentaron suavizar hoy los ánimos de los inversores, después de que los anuncios del miércoles –aumento del salario mínimo, paralización de las privatizaciones del puerto del Pireo y de la compañía nacional de electricidad y readmisión de funcionarios despedidos– llevaran a muchos inversores a anticipar el desencuentro entre el nuevo gobierno y la troika en el inicio de las negociaciones sobre la deuda.
“Tenemos nuevos ministros que están asumiendo tareas por primera vez y una sociedad donde se han creado fuertes expectativas”, justificó el viceprimer ministro económico y número dos del gobierno de Tsipras, Yannis Dragassakis en la noche del miércoles, para aclarar que “el gobierno griego está interesado en atraer inversores”. Pero el momento más señalado del día estuvo en el encuentro de Tsipras con el presidente del parlamento Europeo, el alemán Martin Schultz. “Veo que usted está a abierto al diálogo”, constató con satisfacción, para añadir que “en Europa se teme que Grecia tomará medidas unilaterales. Esto no es correcto”. Y añadió que es muy importante que quede claro que Grecia “busca soluciones de mutuo acuerdo con los socios”.
El mensaje caló en la Bolsa griega, con el repunte de los bancos, y medianamente en la deuda soberana, en la que lo reducido de su mercado crea un efecto multiplicador en los movimientos. El bono heleno a diez años rebajó ligeramente su rendimiento del 10,34% al 10,12% y el bono a tres años, si bien elevó su rendimiento al 17,25%, lo hizo en mucha menor magnitud que la víspera, en que dio un salto del 14,02% al 16,75%.
“El fondo de mercado es positivo por la recuperación económica y la liquidez que inyectará el BCE, pero en el corto plazo podemos ver movimientos violentos. Grecia ha creado mucha sensación de inseguridad, es difícil moverse en el corto plazo”, resume Jesús de Blas, analista de Credit Agricole Mercagentes. En Europa, el Dax subió el 0,25%; el Eurostoxx, el 0,38% y el Cac, el 0,44%. El Ftse perdió el 0,22% arrastrado por la petrolera Shell, con el barril West Texas por debajo ya de los 44 dólares, mínimos de abril de 2009.