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Columna
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El idilio económico de Reino Unido

La economía británica se encuentra en días felices, cuánto durarán es otra cuestión.

Los ingresos medios aumentaron más rápido que los precios por tercer mes consecutivo en noviembre, según mostraron las estadísticas oficiales ayer, una buena noticia para los consumidores, cuya nómina se estirará un poco más. Además, la tasa de desempleo cayó al 5,8%.

El rayo más brillante provino de las actas de la reunión de enero del comité de política monetaria del Banco de Inglaterra. Esta vez, el voto para dejar la política de tipos en mínimos históricos ha sido unánime.

La primera subida de tipos británica se espera ahora para dentro de 18 meses, en lugar de 15. Esta imagen se produce en un contexto de tasas de inflación ultra bajas. Los precios al consumidor aumentaron a una tasa interanual del 0,5% en diciembre, la más baja desde que este índice comenzó a elaborarse en 1996. Las actas aseguran que existe incluso la posibilidad de una inmersión temporal por debajo de cero en algún momento de la primera mitad de 2015.

Es probable que el persistente estancamiento de precios conduzca a un estancamiento salarial. Alrededor de dos quintas partes de los acuerdos salariales deben cerrarse en abril, cuando se espera que la inflación se sitúe en torno a cero, según las actas del Banco de Inglaterra. La no inflación podría disuadir a los empleadores de premiar y a los empleados de exigir aumentos salariales.

Eso solo haría más difícil llevar la inflación al objetivo del 2%, sobre todo si los precios de la energía y de las materias primas siguen bajos. El banco central es consciente. Las actas dicen que es necesario un crecimiento de los salarios sostenido “a tasas significativamente más altas que en los últimos años” para alcanzar esa meta.

Los británicos deberían disfrutar del sol económico mientras dure. Una sombra de desinflación acecha.

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