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Algunas 'apps' pueden engancharnos a hacer ejercicio

¿Falta de motivación para sudar? Pruebe con su ‘smartphone’

Thinkstock
Manuel G. Pascual

El único elemento realmente imprescindible para hacer ejercicio, además de gozar de un nivel adecuado de salud, es la fuerza de voluntad. La motivación puede convertirse en un poderoso aliado para perseverar y exigirse cada día un poco más a uno mismo. Quienes no encuentren por sí solos la manera de ponerse a sudar pueden apoyarse, también para esta cuestión, en la tecnología.

Hay aplicaciones que ayudan a los usuarios a establecer objetivos concretos y planes de entrenamiento. O, si se quiere trabajar lo mínimo posible, a saber qué hacer exactamente para mantener un poco la línea. Check’n Burn, por ejemplo, es una guía adecuada para los amantes de la comida rápida. Esta app tiene una amplia base de datos con información nutricional de hamburguesas, pizzas o donuts para que el usuario sepa exactamente cuántas calorías está ganando al consumir uno de esos productos y qué ejercicios concretos puede realizar para quemar la energía adquirida. Aunque saber cuánto tiempo tendrá que ejercitarse uno para quemar la comida puede que aliente el cambio de menú antes que ponerse las zapatillas y salir a correr.

Otro sistema distinto de motivación es el propuesto por Fitocracy. En este caso, la app usa un sistema de puntuación similar al de los videojuegos basado en los objetivos de entrenamiento establecidos en un primer momento. A medida que se avanza en la valoración se van obteniendo medallas y desbloqueando ejercicios nuevos. Como la exposición pública tiene un alto poder de motivación, la aplicación permite que el usuario comparta en las redes sociales sus avances o retrocesos, por lo que todo el mundo sabrá si realmente se está cumpliendo o no.

El método de Gympact es todavía más agresivo (y, por lo tanto, efectivo). El aliciente que usa esta app es el dinero. Lo primero que hace el usuario al descargarse la aplicación es fijar un programa semanal de ejercicios, especificando, por ejemplo, el número de veces que se quiere ir al gimnasio o los kilómetros que se pretende correr. No se debe ser demasiado ambicioso a la hora de fijar objetivos, porque si se incumplen... hay penalización económica. Cada semana que no se llega al mínimo de ejercicio acordado hay que pagar una suma también prefijada. Quienes sí hayan cumplido se reparten el dinero que se haya recaudado así, de modo que se incentiva económicamente al usuario a que lleve una vida saludable. Los desarrolladores de esta aplicación aseguran que han logrado que sus usuarios vayan al gimnasio un 85% de los días que se habían comprometido a hacerlo.

Los amantes del ciclismo pueden ponerse a prueba descargándose Strava Cycling. Esta app cuenta con las comodidades típicas, funcionando como un GPS que dice al final de la sesión qué recorrido se ha hecho exactamente, qué distancia y velocidad se ha logrado en cada momento, etc. La innovación de este programa es que permite al usuario competir contra el tiempo y los registros de otros ciclistas que hayan hecho las mismas rutas.

Motivator recurre directamente al humor. Se puede configurar para que lance mensajes de ánimo a modo de despertador y en varias alarmas diarias, en los momentos en que se sabe que se va a ser más débil.

El objetivo de todas estas aplicaciones es enganchar al deporte al usuario. Pero a menudo este no tiene ni idea de cómo ejercitarse. En este campo entran en escena decenas (o hasta centenares) de apps. Daily Workouts, Virtual Trainer o Xculpture son algunas de las más populares: todas ellas muestran a través de dibujos o vídeos cómo hacer los ejercicios más indicados para cada objetivo. Seven ofrece tandas de ejercicios de siete minutos para ponerse en forma, mientras que Runtastic y Nike + Running siguen siendo las apps preferidas de los runners.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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