¿Es la vivienda prefabricada una opción para el ahorro?
La vivienda en España ha pasado de ser uno de los grandes tesoros a uno de los grandes problemas en poco más de siete años. Desde que comenzó la crisis el acceso a la vivienda tradicionalmente conocida se ha visto limitado, provocando que otros tipos de vivienda y de formas de acceso proliferen. Según los datos de Estimación del Parque de viviendas que maneja el Ministerio de Fomento, existen 25.441.306 viviendas repartidas por toda la geografía española, y aun así puede que no haya una que satisfaga las necesidades de más de uno. Buscando alternativas para quienes desean tener una casa en propiedad, las casas prefabricadas pueden ser una opción. ¿Son verdaderamente una alternativa que permite ahorrar frente a una vivienda tradicional?
Cuando se piensa en comprar una vivienda, el precio pasa a ser una prioridad. Prioridad que en la mayoría de las ocasiones tiene otra preocupación asociada que es la de la financiación. Por ello, se buscan opciones que sean un ahorro para el comprador, como puede serlo una vivienda prefabricada.
¿Menor precio?
Por lo general, el precio de la vivienda en sí es más reducido que el de una vivienda tradicional, aunque siempre hay excepciones según el tamaño y materiales elegidos. Sin embargo hay que tener en cuenta que es necesario disponer de un terreno en el que situar la vivienda, y que si no se tiene, es necesario adquirir. Este componente puede ser una parte muy importante del presupuesto y al que hay que prestar mucha atención. El precio medio del metro cuadrado de suelo urbano está en 142,6 euros según los datos del Ministerio de Fomento del tercer trimestre de 2014.
Pero hay ocasiones en las que ya se cuenta con el terreno y que por lo tanto resulta un coste menos por el que preocuparse. Aunque también hay que saber si en el precio que el fabricante de la casa propone están incluidos el IVA y los costes de transporte. De igual modo hay que tener en cuenta que serán necesarias licencias y permisos para la ubicación, así como contar con todos los permisos para la conexión de los suministros.
Otro punto igual de importante es la financiación. No es un tipo de vivienda que esté muy extendida en España y las entidades bancarias están acostumbradas a las viviendas convencionales. Además estas entidades entienden que su carácter prefabricado y el modo de instalación las convierten en bienes muebles en vez de inmuebles, por lo que son más reacias a otorgar financiación hipotecaria aunque efectivamente se conviertan en una vivienda como otra cualquiera.
Eficientes y con materiales de calidad
Las viviendas prefabricadas han dejado atrás ese tono peyorativo que solían tener, entendidas como unas viviendas de baja calidad. Los constructores se esfuerzan por crear viviendas con todas las comodidades que pueda tener una vivienda convencional al igual que son capaces de ofrecer los mejores materiales para su construcción. Además estas viviendas apuestan por la sostenibilidad y eficiencia, por lo que el ahorro energético se convierte en una de las grandes ventajas de este tipo de viviendas.
De hormigón, de acero, de madera, modulares… distintos tipos y múltiples diseños entre los que poder elegir. Hay que valorar si verdaderamente con calculadora en mano suponen un ahorro para el comprador, teniendo en cuenta todos y cada uno de los costes, pequeños y grandes. Lo que sí es cierto es que se han convertido en una opción más que antes no era tenida tan en cuenta.