Nueve ideas para un Gobierno que quiera apoyar a los emprendedores
Maria Pinelli, vicepresidenta de crecimiento estratégico en Ernst & Young, expone una serie de medidas que, desde su amplia experiencia, deberían abordar los diferentes gobiernos en apoyo al sector empresarial y al crecimiento económico.
Adaptación del texto original publicado por Maria Pinelli en CNBC.
Cabe esperar que 2015 sea un año de renovación para los representantes de los diferentes gobiernos, que con demasiada frecuencia parecen ser más eficaces fuera del panorama empresarial. Pero, en realidad, resultan vitales como apoyo y protección de los emprendedores y empresarios, y son uno de los principales motores de impulso en el crecimiento económico y la generación de empleo.
Los diferentes países son cada vez más conscientes de que el marco reglamentario no es algo baladí en el mundo de la innovación. Dicho marco normativo, que protege al sector industrial, puede llegar a ser causa de desmotivación tanto para los emprendedores, a la hora de invertir en sus ideas, como para las grandes empresas, en sus inversiones en I+D. Cuando todo el ecosistema parece ir en su contra, ¿quién puede culparles de ello?.
Estas son algunas medidas con las que los gobiernos podrían tender una mano a emprendedores y negocios en la creación de oportunidades - y de tan necesarios puestos de trabajo - en el año que acaba de comenzar:
- Reforzar e invertir en los sistemas educativos. La innovación requiere un mercado laboral con un alto nivel educativo y que sea competitivo, rebosante tanto de habilidades como de ideas.
- Incentivar a las empresas para que expandan su actividad a los mercados globales. Aquellos empresarios que aspiren a comercializar sus productos o servicios a la mayor escala posible, serán quienes logren destacar. Hoy en día, gracias a las nuevas tecnologías, es posible compartir o solicitar prácticamente todo a través de las numerosas aplicaciones online: alojamientos (Airbnb), vehículos (Uber y lyft), vídeos (YouTube). Alcanzar los mercados globales de la noche a la mañana ya es una realidad - sin que para ello sea necesaria demasiada logística ni inversión.
- Cultivar la confianza en los mercados de capitales. Los gobiernos son los responsables de favorecer las condiciones necesarias para atraer la inversión extranjera. Adoptar un lenguaje de comunicación financiera que pueda ser entendido por los inversores de todo el mundo resulta fundamental para asegurar un lenguaje común. Esta reforma supondría un medio para aprovechar los flujos de capital internacionales que pueden beneficiar a la actividad empresarial y al crecimiento de un país - especialmente cuando se trata de atraer capital OPV.
- Simplificar los procedimientos y requisitos. Todos los procesos lentos y complicados pueden suponer un obstáculo e incrementar el coste de la actividad empresarial. Se trata, por tanto, de una barrera de entrada para muchos negocios que están despegando o en etapa de crecimiento. Ningún gobierno debería permitir este tipo de barreras en momentos de recuperación económica o elevada tasa de desempleo.
- Enérgicos y firmes programas de I+D. Este factor repercute particularmente y en gran medida a las áreas energética (tecnología limpia), de asistencia sanitaria y a la investigación científica, que cada vez son más activas.
- Ofrecer facilidades ante el fracaso. Cuando un emprendedor apuesta por un negocio o idea innovadora y finalmente no consigue salir adelante, ¿le permite la ley tributaria desgravar esa empresa?. El fracaso es demasiado habitual en el mundo del emprendimiento como para no tenerlo en cuenta.
- Incentivar las asociaciones público-privadas. Es algo que solo corresponde a ellos: gobierno, universidades y sector empresarial deben trabajar juntos en el espíritu de la innovación. Silicon Valley es un ejemplo ya mítico de cómo la unión de estos tres sectores es capaz de atraer un volumen crucial de talento, capital y oportunidades. Rusia, Israel y Reino Unido están subiendo puestos en los rankings y demostrando una capacidad similar de éxito cooperativo.
- Hacer que el marco fiscal favorezca la innovación. Los diferentes países deben desarrollar nuevas estrategias que incluyan créditos fiscales para los nuevos trabajadores, registro inmediato de los bienes de capital y créditos fiscales disponibles para los prestamistas con el fin de reducir el coste de la financiación.
- Revisar las políticas de inmigración. Como por ejemplo, promoviendo las visas multilaterales en el G-20, de manera que las personas de talento cuenten con más opciones donde trabajar. Promocionar a los empresarios inmigrantes, vinculándolos a las instituciones de financiación e incubadoras de empresas. También es necesario el apoyo financiero para la recolocación de fondos que vayan dirigidos a las startups emergentes.
En todos estos años de estrecha colaboración con empresarios a nivel mundial, me he dado cuenta de que ninguna de las partes interesadas es capaz de desarrollar todos los elementos necesarios para que un ecosistema emprendedor tenga éxito. Es esencial que las normativas oficiales y las empresas estimulen el capital de riesgo y demás fuentes de financiación. También es necesario generar capital intelectual por medio de alianzas con las principales universidades y centros de investigación. Los innovadores deben ser respaldados por sistemas tributarios justos y a favor del crecimiento. Por último, asesores legales, administrativos y bancarios deben comprender y adaptarse a las necesidades de los empresarios.