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El selectivo apenas avanza un 0,21%

El Ibex rebota sin fuerza y el bono griego sube al 10,6%

Empleados de una compañía de inversión en bolsa se muestran preocupados al contemplar un gráfico que detalla la tendencia a la baja de los valores bursátiles, en Moscú (Rusia).
Empleados de una compañía de inversión en bolsa se muestran preocupados al contemplar un gráfico que detalla la tendencia a la baja de los valores bursátiles, en Moscú (Rusia).EFE

Nervios de acero.Es la recomendación de los expertos a los inversores que apuesten por la renta variable en 2015. Los analistas siguen pensando que, a pesar del turbulento inicio de año, la Bolsa será el mejor activo posible en los próximos doce meses, pero añaden que los inversores deberán acostumbrarse a un entorno mucho más volátil. No ya en periodos de medio plazo, sino incluso durante las sesiones. Hoy mismo, el Ibex ha abierto al alza, luego ha entrado en números rojos, ha subido después más de un 1,5% y ha terminado cerrando con una ligera subida del 0,21% hasta los 9.891,4 puntos.

Después de dos sesiones a la baja, las Bolsas han rebotado, aunque sin demasiado convicción. En Europa, el Cac francés avanza un 0,5%; el Dax alemán, un 0,3% y el FTSE Mib italiano se deja un 0,11%. También la Bolsa estadounidense vuelve a los números verdes. Pero las razones que han provocado las últimas caídas bursátiles siguen presentes: desplome del precio del petróleo y tensión política en Grecia.

El país heleno centra todas las miradas. El Ase, principal indicador de la Bolsa griega, ha caído hoy un  1,4%. El interés de la deuda helena con vencimiento a una década ha vuelto a superar el 10% por primera vez desde  septiembre de 2013. Avanza al 10,61% El Tesoro griego ha colocado este miércoles un total de 1.625 millones en deuda con vencimiento a seis meses por los que ha ofrecido una rentabilidad del 2,30%, frente al 2,15% abonado en la anterior subasta similar, celebrada el pasado 10 de diciembre. Hoy, el presidente del BCE, Mario Draghi, con el gobernador del Banco de Grecia, Yannis Sturnaras, para abordar posibles medidas en caso de una hipotética falta de liquidez en el sistema financiero heleno.

El dato de inflación en diciembre de la zona euro, una de las principales referencias del día en el Viejo Continente, ha animado a las Bolsas, que anotaban leves ascensos. Tras su publicación, los índices elevaron sus alzas. El IPC de la región entró en terreno negativo (-0,2%), una décima peor de lo esperado por los analistas. El dato añade presión al Banco Central Europeo (BCE) para tomar más medidas de estímulo para combatir el riesgo de la deflación en la zona euro. Por eso, sobre el papel, el dato daría más razones para que el BCE lanzara un programa de compra de deuda, algo positivo para la renta variable.

“En el fondo, lo que existe es un temor a que la economía global crezca de forma débil y que haya deflación en algunas regiones como la zona euro”, explica Nicolás López, analista de MG Valores, quien cree que la tendencia alcista a largo plazo se mantiene imperturbable, pero que en las próximas semanas habrá varios momentos de incertidumbre y nerviosismo. La reunión del Consejo de Gobierno del BCE el 22 de enero y las elecciones griegas tres días después mantendrán inquietos a los inversores.La primera cita servirá de apoyo, la segunda de espada de Damocles que recuerde los riesgos de la tragedia griega.

Ambos factores están interconectados. Natalia Aguirre, analista de Renta 4, considera que “cada día se pone más de manifiesto que el BCE tiene que actuar porque la situación se está complicado”, pero también recuerda que “habrá que ver cómo gestiona la situación enGrecia, probablemente si aprueba un programa de compra de deuda lo hará con un mensaje que recuerde que solo comprará bonos de países que cumplan con sus compromisos”.

Además, el coste del barril de petróleo ahonda sus mínimos de los últimos cinco años y medio: se ha situado por debajo de los 50 dólares en el caso del Brent (aunque posteriormente ha vuelto a subir), y en 47,25 dólares en el West Texas, el más corriente en EE UU. 2014 concluyó con caídas del 48% en el precio del Brent. Y solo en lo que va de semana de 2015 roza otro 10% adicional de desplome. El oro, por su parte, se toma un descanso en su subida de las últimas semanas y cae el 0,4% hasta 1.213 dólares.

Con las dudas sobre Grecia en el horizonte, más el recelo que causa el brusco descenso del precio del petróleo (hoy el Brent ha llegado a perder los 50 dólares), la volatilidad parece garantizada. Desde el departamento de análisis de Bankinter explican que ahora el inversor debe plantearse sihay que comprar porque los precios de las acciones son más baratos o vender porque la situación podría empeorar más. “El mercado caerá algo más, pero la primera opción es la correcta si mantenemos cierta altura de miras: el ciclo económico mejora, Grecia no será ningún drama y el abaratamiento del petróleo y la depreciación del euro relanzarán la economía europea”, explican. En su opinión, por tanto, no es momento de salir del mercado sino de reconstruir la cartera.

Solo han transcurrido siete días del nuevo año, cuatro sesiones bursátiles. Muy pronto como para cambiar la idea generalizada en las perspectivas de las casas de análisis de que la Bolsa será el activo estrella en 2015. Los expertos indican que este inicio de año no puede leerse como un cambio de tendencia, sino como un anticipo de la volatilidad que caracterizará el año en los mercados.

A las Bolsas del Viejo Continente también les ha afectado en los últimos días la corrección que vive la Bolsa estadounidense. “Se nos junta todo. Wall Street ha sido un motor para Europa y ahora se convierte en una amenaza, quizá la mayor junto a Grecia. Han subido y mucho y es normal que corrijan, pero lo hace en el peor momento para las Bolsas europeas”, aporta Jesús de Blas, analista de Credit Agricole. Está por ver si la Reserva Federal estadounidense (Fed) decide posponer la subida de tipos por la caída del precio del petróleo, que elimina las ya de por sí escasas presiones inflacionistas en Estados Unidos. Hoy se publicarán las actas de la última reunión de la Fed. Por tanto, existen varios factores interconectados que, si bien no perturban las buenas perspectivas para las Bolsas, sí generan volatilidad.

Hoy, al otro lado del Atlántico, los inversores también se apuntan al rebote. Allí, a la espera de conocer las actas de la última reunión de la Reserva Federal, los principales índices de Wall Street anotan alzas. El Dow Jones de industriales avanza un 0,7%, con el Nasdaq tecnológico y el selectivo S&P también subiendo cerca de un 0,5%.Allí se ha conocido un buen dato de empleo privado en diciembre, cuando se crearon 241.000 puestos de trabajo, por encima de lo que esperaban los analistas.

Desde un punto de vista técnico, el Ibex da síntomas de debilidad. Roberto Prieto, analista de Noesis, explica que el primer soporte a vigilar para el selectivo español es la zona de los 9.900 puntos y después los 9.661.En caso de que el índice pierda este último nivel, “es probable que busque referencias más relevantes como los mínimos del 16 de Octubre, la zona de 9.370 puntos, e incluso una posible vuelta a referencias más alejadas como son los 9.232 puntos, por lo que es conveniente vigilar el comportamiento que vaya a realizar el índice en plazos reducidos”. La resistencia del selectivo está en los 10.060 puntos.

Por su parte Eduardo Faus, analista técnico Renta 4, considera que el Ibex se acerca a los 9.680 puntos y que “su pérdida abriría proyecciones bajistas teóricas hacia los 8.000 o 7.500 puntos en el medio plazo, coherente con el anuncio de movimiento brusco y síntomas bajistas seguidos semanas y hasta meses atrás”.

Las Bolsas se mantienen expectantes ante los posibles pasos del BCE, medidas que ya descuentan en el mercado de deuda y en el de divisas. El euro, zarandeado también por el riesgo de una salida de la moneda común de Grecia, vuelve a caer ayer hasta los 1,18dólares. Mientras, el interés de la deuda española a una década sube hasta el 1,7%, com la prima de riesgo en los 123 puntos básicos.

El Tesoro Público tiene previsto colocar mañana un máximo de 5.000 millones en bonos y obligaciones del Estado. El objetivo del organismo dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad es que estos instrumentos generen entre 4.000 y 5.000 millones de euros de ingresos.

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