Pagar solo por lo que se consume
En las próximas semanas se prevé la aprobación del Real Decreto de Transposición de la Directiva Europea 2012/ 27/UE de Eficiencia Energética, que tiene, como uno de sus objetivos, la reducción del consumo de energía y el control del gasto de los edificios dotados de sistemas centralizados de agua y calefacción.
De acuerdo a esta medida, un millón setecientos mil hogares españoles, aquellos que tienen una caldera central de calefacción, estarán obligados a instalar contadores individuales de calefacción o repartidores de costes, para, de este modo, dejar de medir sus consumos en función de coeficientes no demasiado justos, como, por ejemplo, son los metros cuadrados que mide la vivienda, y comenzar a pagar únicamente por su consumo real.
La transposición de esta directiva, no solo nos permite converger con prácticas tradicionales en otros países europeos –en Alemania, Bélgica o Dinamarca, por ejemplo, se dispone de sistemas de reparto de costes de calefacción central en 30 millones de viviendas desde hace más de cien años–, sino que además representa una oportunidad para la gestión eficiente del uso de calefacción, el ahorro de costes y la modificación de hábitos de consumo. Solo un apunte que permite contextualizar la importancia de este Real Decreto: la calefacción representa el 49,2% del consumo doméstico en energía en nuestro país, es decir, la mitad de la energía que gastan las familias españolas se emplea en calentar sus viviendas.
Los repartidores de costes de calefacción permiten ahorrar una media de 24,9% de consumo de calefacción en las viviendas de edificios con calefacción central, según concluye el Estudio de la Implantación de Sistemas Repartidores de Coste de Calefacción en Edificios, primer estudio presentado sobre la materia en España, realizado por la Universidad de Alcalá para Ista.
Las conclusiones del informe indican que la medición individual de calefacción permitiría una reducción de 224 euros al año de ahorro por familia española media, además de la disminución de un total de 2,4 millones de toneladas de dióxido de carbono al año.
Por lo tanto, estudios realizados y la experiencia en otros países europeos con una larga tradición en la instalación de repartidores de costes de calefacción nos lleva a estimar ahorros anuales de cerca de 250 millones de euros en España.
El mismo informe confirma, además, que entre las medidas orientadas a ahorrar energía en las instalaciones de calefacción centralizada, es precisamente el uso de repartidores de costes la más eficiente (20%-30%), seguida de la disminución de la temperatura ambiental de la vivienda en un 1 grado centígrado (5%-10%), el cambio de quemador (9%), la mejora de la envolvente del edificio (5%-8%) y el cambio de caldera (7%).
La medida permitirá, además, la reactivación de oficios y trabajos relacionados con la actividad de instalación y gestión de los repartidores individuales, que podría generar hasta 2.000 nuevos empleos en los próximos cinco años.
Si la eficiencia de los números y el sentido común no animan a implantar esta medida en los dos próximos años, todo Real Decreto viene acompañado de su correspondiente sanción por incumplimiento o infracción de la directiva, que pueden ir desde los 1.001 a los 10.000 euros. Su aplicación dependerá del desarrollo normativo y serán las comunidades autónomas y los ayuntamientos los responsables de garantizar su alcance, registro, inspección y respectivas sanciones.
Aprobado el Real Decreto, el reto del sector y de los propietarios de este tipo de viviendas estará en garantizar –en plena competencia– una instalación profesional, fiable y con plenas garantías de calidad. Recientemente, AERCCA (Asociación Española de Repartidores de Costes de Calefacción) ha alcanzado un acuerdo con AENOR para que vigile la actividad de las empresas y certifique que los repartidores de costes de calefacción cumplen con unos mínimos en este ámbito. El objetivo, garantizar que los procedimientos de instalación sean los correctos, que la lectura real del consumo de la calefacción sea la óptima, y que, una vez más, el cliente cuente con la capacidad de gestionar el uso y el consumo energético que prefiere para su hogar.
Ignacio Abati es consejero delegado de Ista en España.