Bruselas: la pertenencia de Grecia al euro "es irrevocable"
El debate sobre la salida de Grecia del euro, tan en boga en 2011 y 2012, ha vuelto a ser la comidilla en estos primeros días de 2015. Pero todo apunta a que se trata de una moda efímera porque la ruptura de la moneda única ya no es el escenario principal ni en Bruselas, ni en Fráncfort, ni en Atenas. Ni siquiera en Berlín, aunque fuentes del Gobierno alemán, citadas por el semanario Spiegel, hayan asegurado que la zona euro está preparada para resistir la salida de su socio más endeudado, polémico y problemático.
“El euro es irreversible”, zanjó hoy la Comisión Europea, en una declaración con más peso político que argumentación legal. El organismo europeo invocó el artículo 140 del Tratado de la UE para demostrar la supuesta irreversibilidad de la moneda única.
Ese texto legal solo se refiere al tipo de cambio fijo con que cada moneda se incorpora a la Unión Monetaria, lo cual no es incompatible con que un nuevo dracma circule por una Grecia expulsada de la zona euro. Pero el hecho de que Bruselas invoque de manera tan tajante ese artículo para defender la continuidad de Grecia en la zona euro muestra hasta qué punto el panorama de 2015 no tiene nada que ver con el de 2012.
Hace tres años, Bruselas mantuvo un silencio cómplice cuando Berlín y París amenazaron con expulsar a Grecia de la Unión Monetaria si no acataba los términos del Memorándum pactado con la troika (BCE, FMI y Comisión Europea) del segundo rescate. El drama estuvo entonces a punto de consumarse y solo lo frenó la repetición de las elecciones generales y la formación de una gran coalición (conservadores y socialistas) en Atenas.
Algunos analistas aventuran una situación similar con vistas a las elecciones anticipadas del próximo 25 de enero y la previsible victoria de Syriza, la formación de izquierda que pretende renegociar con la troika las condiciones del segundo y fallido rescate de Grecia. Pero las condiciones políticas, económicas e institucionales son radicalmente distintas tanto en Atenas como en Bruselas y Berlín.
Syriza, el partido liderado por Alexis Tzipras, ya no plantea la ruptura inmediata con la troika ni la suspensión unilateral de pagos, sino una renegociación de las condiciones que todas las partes consideran inevitable.
La formación de Tzipras ya se ha reunido en varias ocasiones con miembros del Gobierno alemán y del comité ejecutivo del Banco Central Europeo para exponer sus intenciones y tanto en Bruselas como en Fráncfort se considera probable que tras el 25 de mayo gobierne en Grecia una coalición liderada por Syriza. “Todo el que puede se ha reunido ya de manera más o menos discreta con ellos”, confiesa una fuente europea. “Y los que no lo han hecho todavía, como el MEDE [fondo de rescate de la zona euro] es porque no disponen de mandato para hacerlo”.
Riesgo de contagio
A diferencia de 2012, cuando la posible victoria electoral de Syriza provocaba pánico financiero, ahora el mayor riesgo de contagio es político. Los analistas apuntan hacia Italia, en primer lugar, y a los países meridionales que celebran elecciones este año, como Portugal o España. Para Bruselas, la principal inquietud es que la renegociación del rescate griego no ponga en duda la validez de sus recetas (reformas y consolidación presupuestaria) en un momento en que presiona a París y a Roma para que las acate.
Incluso en Alemania, la convocatoria de elecciones enGrecia ha abierto fisuras en la gran coalición presidida por Angela Merkel, que ahora ya no cuenta con los liberales como socios como en 2012 sino con los socialistas. En el ejecutivo sigue como ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble, que hace tres años fue el principal defensor de la expulsión de Grecia y que todavía parece dispuesto a afrontar ese riesgo. Pero los socios de gobierno no comparten esa opinión.
Mientras algunos miembros del partido de la canciller abogan por plantar cara de nuevo a Syriza y retomar la amenaza de expulsión de la zona euro, el SPD prefiere no jugar con fuego. ”Europa no se puede permitir una salida de Grecia”, advirtió hoy Joachim Poss, viceportavoz de finanzas de ese partido en el Parlamento alemán, en declaraciones a Bloomberg.
El acuerdo en el seno de la gran coalición alemana pasaría por una renegociación del rescate de Grecia, que ya estaba prevista para finales de 2014 y se aplazó durante dos meses ante la previsible caída en Atenas del gobierno presidido por Antonis Samaras.
También a diferencia de 2012, la banca ha asistido impasible a estas turbulencias políticas entre Atenas y Berlín. El motivo es que el 80% de la deuda pública griega se encuentra ahora en manos de los contribuyentes europeos, bien a través de préstamos bilaterales, del fondo de rescate de la zona euro o del FMI.
El banco estadounidense JP Morgan calificaba ayer como “inmaterial” la exposición de las entidades alemanas y francesas al bono griego en un informe citado por Bloomberg.