Así será el mercado laboral en 2023
Josep Oliver es el autor del estudio sobre mercado laboral publicado por Manpower La esperanza de vida de los hombres superará los 91 años; la de las mujeres, los 95
Casi una década por delante, con la incertidumbre que conlleva realizar cualquier pronóstico dentro de un entorno tan volátil. La crisis económica ha generado miedos e impide realizar previsiones a tan largo plazo. Aun así, Manpower acaba de dibujar un mapa del mercado laboral en 2023, que presentó esta semana dentro de su tradicional análisis del empleo en España, partiendo de las recientes caídas en el volumen del paro y en la tasa de desempleo. Uno de los cambios estructurales que se están fraguando en la estructura de la población, sobre todo en aquella en edad de trabajar, obliga a evaluar su impacto en el medio plazo, más allá de las modificaciones coyunturales, apunta el autor del informe, Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
En este sentido, también el INE acaba de realizar sus nuevas previsiones de la población para España y sus comunidades autónomas a más largo plazo, de aquí a 2064. Para empezar, será un país con 5,6 millones menos de habitantes (un 12,1% de descenso), en caso de mantenerse las tendencias demográficas actuales. O lo que es lo mismo, la población se reduciría hasta los 40,9 millones en 2064.
La caída se debe, según la citada fuente, al progresivo aumento de las defunciones y a la disminución de los nacimientos, fenómeno que será especialmente acusado a partir de 2040.
También será un país con un porcentaje elevado de ancianos, 15.829.224 mayores de 65 años, un 87,4% más que actualmente. Este colectivo representará el 38,7% de la población. A día de hoy supone el 18,15%.
Falta de personal para la industria
La contención salarial será una tendencia a consolidar. Lo relevante, afirma el profesor Josep Oliver en su estudio, es seguir manteniendo un equilibrio entre la productividad y el coste salarial, con el fin de que España siga ampliando, por ejemplo, su capacidad de producción automovilística, y continúe siendo atractiva para las multinacionales de la industria auxiliar del sector del automóvil.
Y cita el ejemplo de la fábrica de producción de PSA Peugeot Citroën de Vigo, que cuenta con el compromiso de fabricar a partir de 2017 la nueva furgoneta K9, que colocará a la factoría gallega cerca de su plena capacidad de producción. Para 2015 y 2016, la plantilla tiene acordada una congelación salarial. Y es precisamente en esta línea, según apunta el experto de Manpower, por donde debe ir España.
“A la devaluación salarial le ha acompañado una caída de los precios; pero si empezamos a despistarnos, podemos perder lo recuperado”. Y afirma que de esta crisis o salimos germanizados o saldremos muy mal. “Es la única manera de recuperar la capacidad productiva, debemos reindustrializar el país, además de aprovechar el eje exterior y el turismo y no obsesionarnos tanto con los servicios”.
Y exige que se preste especial atención a la formación profesional y de personal cualificado para trabajar en la industria. “Hay escasez de profesionales cualificados para el sector industrial”, concluye.
Si se mantiene la tendencia actual, la esperanza de vida de los hombres superaría los 91 años y la de las mujeres casi alcanzaría los 95. Actualmente la esperanza de vida es de 80 años para los hombres y de 85 para las mujeres. Por contra, el número de defunciones seguiría creciendo como consecuencia del envejecimiento de la población y a partir del año próximo habrá más defunciones que nacimientos.
Otro pronóstico del INE, a diferencia de lo que ocurre ahora y acentuado por la crisis económica: habrá más personas que vienen a España que las que se marchen en busca de un futuro laboral mejor. En 2014 está previsto que emigren 417.191 ciudadanos frente a 332.522 inmigrantes. A partir de 2023 empezarían a cambiar las tornas y en 2064 unos 245.903 españoles emigrarán frente a 332.522 inmigrantes.
Otra modificación importante, según precisa el profesor Oliver, es el cambio en la edad legal de jubilación que lleva implícito la reforma del sistema de pensiones, de manera que en la próxima década se situará en los 66 años, ampliando de esta forma el volumen de activos disponibles en el mercado de trabajo.
También incide, como la previsión del INE, en el cambio de las corrientes migratorias, desde las importantes entradas de ciudadanos de otros países hasta 2010 a las caídas actuales. Esta modificación afecta muy directamente a los más jóvenes, aspecto esencial en la futura dinámica de la ocupación y el paro. Se trata, en definitiva, de modificaciones en las previsiones de población a medio plazo, acentuación de la salida de inmigrantes jóvenes, ampliación de la edad de jubilación y recuperación del empleo. Son los mimbres con los que se construirá el nuevo mercado de trabajo español. Tampoco, apunta Josep Oliver, hay que olvidar los estragos que causó la segunda recesión en España, que comenzó en verano de 2011 y se prolongó hasta comienzos de 2013.
Cambios demográficos
Entre 2014 y 2023 habrá un retroceso de la población en 700.000 personas, entre otras razones, por descenso de natalidad (900.000 niños menos) y de aquellos en edad de trabajar, esto es, entre 16 a 66 años (960.000 personas), e incremento de los mayores de 66 años (1,2 millones). Esta bajada de más de dos millones de niños y de población menor de 66 años se compensa parcialmente por el aumento de 1,1 millones de los mayores de 66 años, lo que supone un crecimiento del 16,3%, desde los 7,2 a los 8,4 millones de aquí a nueve años.
Sin embargo, este envejecimiento de la población en edad de trabajar, según el informe de Manpower, es un fenómeno que existe desde la segunda mitad de los años noventa, aliviado en parte por la llegada de inmigrantes desde 1995 hasta 2019 y por la incorporación al mercado de trabajo de generaciones nacidas hasta 1980. “Ahora, sin las aportaciones de los inmigrantes y finalizado aquel aporte extraordinario de baby boomers, retorna un patrón que subyacía a la dinámica demográfica del país”, sostiene Oliver.
Este creciente envejecimiento de la población activa implica pasar de una edad media de 41,6 años en el presente ejercicio a los 43 años de 2023, pero además los jóvenes de 16 a 39 años pasan de aportar el 44,8% del total de 16 a 66 años al 38,8% de casi dentro de una década. En este periodo la generación más numerosa será la de los 46 años que habrá aumentado de los 749.000 a los 775.000 efectivos, un 3,5% más.
“Todos estos datos influyen en la manera en la que se va a comportar el mercado de trabajo en un futuro no demasiado lejano”, señala el catedrático de la UAB. Y al igual que ocurre en la actualidad, la pérdida de activos en un futuro junto al crecimiento del empleo deriva en una reducción cercana a los 2,1 millones de parados, pasando de los 5,8 millones de septiembre de este año a los 3,7 millones que habrá en 2023. Este retroceso del 35,7% comporta una bajada importante en la franja de edad joven (39,7% menos), influenciado en gran medida por la citada caída de los activos.
Contracción masculina
En cuanto al género, de la pérdida de un millón de activos de entre 16 y 66 años, el colectivo masculino aporta 600.000, mientras que las mujeres tienen una moderada reducción de 400.000. Por tanto, la caída de los hombres se sitúa en el 3,6% frente al descenso del 2,5% femenino. El grupo de varones pasaría de los 15,7 millones de activos a 15,1, y las mujeres pasarían de 15,6 a 15,2 millones.
Por edades, la menor contracción de la población femenina en edad de trabajar se concentra en el colectivo de 16 a 39 años, que a pesar de retroceder sensiblemente (un 14,7% de los casi 7 millones de 2013), pierde menos que el masculino. Este se reduce, para los jóvenes de 16 a 39 años, un 17,2%, más de 1,2 millones, desde los cerca de 7 millones que estaban disponibles para el mercado de trabajo a lo largo de este año.