Tres clásicos con los que solemos perder dinero a principios de año
Llegan las fechas navideñas y el buen humor, las sonrisas y la felicidad son la tónica predominante en muchos de los hogares. Dentro de este ambiente de luces, color, familia y cariño, todo son buenas intenciones. Al acabar el año somos capaces de elaborar una larga lista de buenos propósitos que deberán ser llevados a cabo en los próximos doce meses como muy tarde.
Como iniciativas, las intenciones de cara al nuevo año son una buena idea, pero hay tres clásicos que es probable que nos hagan perder dinero este próximo año y que puede que ya nos lo hayan hecho perder años anteriores. Si contamos que durante las fechas navideñas habremos gastaremos entre 200 y 250 euros solo en regalos según un estudio de Showroomprive, escoger actividades y llevar a cabo actitudes que generen una pérdida de dinero no resulta lo más conveniente, hay que pensar en la efectividad de las decisiones y por lo tanto pensar en el ahorro.
¿Qué tres clásicos nos hacen perder dinero?
- Gimnasio. El sector de las instalaciones deportivas y gimnasios no atraviesa por su mejor momento, el 56% de las instalaciones deportivas en España ha experimentado una disminución del número de clientes en relación al segundo trimestre de 2014, según los datos que se desprenden del último Barómetro Sectorial de Gimnasios e instalaciones deportivas que ha realizado la Federación Nacional de Instalaciones Deportivas (FNEID). Desde FNEID apuntan a la subida del IVA en el sector como uno de los factores que ha influido en esta caída. Pero a pesar de ello, enero suele ser uno de los meses en los que más inscripciones en gimnasios se realizan. Se puede decir que es el momento en el que los gimnasios e instalaciones derivadas “hacen su agosto”. La constancia y determinación en acudir y sacarle provecho y beneficio al gimnasio hará que cada cuota mensual no sea una pérdida de dinero. Se trata de coger el hábito del gimnasio y no dejar que solo sea una buena intención, sino que también sea un hecho.
- Dieta. Relacionado con el punto anterior nos encontramos con otro de los buenos propósitos más clásicos: la dieta. Las navidades pueden ser un periodo de excesos alimenticios, donde en comidas y cenas hay gran abundancia de alimentos, a lo que hay que sumar la gran cantidad de dulces que por tradición se ingieren –turrones, mazapanes o polvorones entre otros muchos. Después de todo ello, el remordimiento y las ganas de depurar el cuerpo hacen que la idea de acudir a un nutricionista y seguir un programa alimenticio suene con más fuerza. Pero al igual que con el gimnasio, requiere de determinación y no solo de intención, sino acabaremos perdiendo dinero y no peso.
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Rebajas. Después de las grandes compras de Navidad llega el periodo de rebajas. Momento muy esperado por muchos consumidores que están deseosos de que llegue el 7 de enero para encontrar verdaderas gangas. Son un clásico que forman parte de la cultura consumista del país, y como tal puede suponer un perjuicio para nuestro bolsillo si no se ejecutan las compras con cautela. No dejarse llevar por las etiquetas con descuentos y comprar aquello que se necesita y no únicamente por su buen precio.
Antes, durante y después de las navidades hay que vigilar bien nuestros hábitos de consumo, ser realistas en nuestros propósitos y fijarnos un presupuesto para todo aquello que deseemos.