El futuro de una tienda está en ser efímera
En febrero montará, con la ayuda de artistas, un bar provisional en el legendario Cock En un solo mes facturará con la tienda de regalos navideños The Hovse 500.000 euros
Hacer que todo lo efímero sea bello y, por tanto, objeto de deseo. Son conceptos con los que trabaja Better, una agencia que se dedica montar y desmontar conceptos, siempre con fecha de caducidad, o lo que es lo mismo, pop up, con un único fin: que el cliente viva una experiencia única. Miguel Bonet, madrileño, de 27 años, fundador de la compañía junto a otros cinco socios, vive estos días en un continuo ir y venir, entre The Hovse, la casa-tienda de tres pisos que acaban de montar, donde reúnen a unas 80 marcas que ofrecen la posibilidad de comprar regalos bonitos en Navidad, y entre The Table by, el restaurante pop up del Hotel Urso de Madrid, donde cada mes cocina un chef diferente (hasta el 23 de diciembre estará Jesús Sánchez, de El Cenador de Amós).
Las montañas de Utah
Comparte espacio con el resto de socios y de empleados. En la oficina de Better, situada en un local diáfano en la planta baja de un señorial edificio del barrio de Chamberí, no hay sitios asignados. Asegura que de la decoración se ha ocupado su socia, Sofía López Quesada, ya que era allí donde ella tenía anteriormente instalado su cuartel general.
Miguel Bonet explica que solo necesita para trabajar su ordenador y el teléfono, que le acompañan a todas partes. Y solo se permite cierta alegría en el fondo de pantalla de su portátil: una imagen de las montañas de Indian Creek, en Utah. “Me recreo viendo este paisaje rocoso”. Porque una de sus grandes aficiones es la montaña. “Me encanta escalar, un deporte al que me enseñaron dos amigos, y tiene que ver con el concepto de lo efímero. Se sufre pero se consigue una satisfacción enorme una vez que lo has logrado”.
Ha escalado en EE UU, Nepal, Marruecos... Y mientras piensa en su próxima cima, trabaja sin descanso. “Cuando tienes tu propia empresa no hay fin, aunque tienes más flexibilidad porque, si quiero, puedo escaparme a escalar sin problema”, dice, rodeado de mobiliario, que reutilizan, una vez finalizan un proyecto. Confiesa que lucha todos los días por ser ordenado, y en esa búsqueda ha eliminado todo lo superfluo de su vida. Solo colecciona guías de montaña y fotos en Instagram.
Miguel Bonet pertenece a esa joven generación de emprendedores que buscan nuevos nichos de negocio ligados a la creatividad. Todo esto comenzó hace cuatro Navidades, lo recuerda bien, cuando montó un carrito en Federica & Co. Con apenas 20 años empezó a trabajar en una plataforma cultural, Negocios Raros, y en una revista cultural, Ars Magazine. “Siempre me ha gustado la idea del emprendedor creativo, ligado también al concepto nómada”. Con esa idea montó un puesto de regalos originales, Acme Souvenirs, en el Mercado de San Miguel, donde consiguió un gran éxito con dos productos estrella: un sombrero, elaborado por un artesano de Albacete, y un muñeco de futbolín convertido en imán, hecho en un torno de Toledo. De ahí surgió la idea de montar una compañía, Alegria Industries, que acaba de vender y que se dedica a la fabricación de productos españoles con un punto contemporáneo.
El siguiente paso en la carrera de este emprendedor, curioso e inquieto por naturaleza, es Better, donde emplea todo su tiempo y que comenzaron con una inversión, según asegura, de “cero euros”. Solo trabajo e imaginación. Fruto de esa creatividad han visto la luz conceptos de pop up como The Apartment, en la plaza de Alonso Martínez, que se convirtió en un gran éxito en diciembre de 2012. “Facturamos cuatro veces más de lo que esperábamos”. Y asegura que el secreto no es otro que ofrecer marcas con valor añadido y diferentes a otras. Ese mismo año repiten con The Patio y obtienen similares resultados. Poco a poco, van desarrollando el concepto de tienda efímera. Y hace año y medio arrancaron con Better, cuyo modelo de negocio es la comunicación, la producción, el diseño, jugar con elementos bonitos y unos márgenes muy bajos. “Mi labor consiste en convencer a las marcas para que colaboren con nosotros, inviertan una cantidad y después les damos las ganancias, menos un margen de comisión”, explica Bonet, quien cree en proyectos de intercambio económico transparentes. “Es la clave de todo, ser muy claros y no engañar a nadie”. Por ejemplo, con The Hovse esperan facturar en un mes 500.000 euros.
En marcha tienen la idea del bar efímero que instalarán durante el mes de febrero en el legendario Cock. “Será un bar diferente, lo haremos de la mano de Absolut y en las paredes habrá obras de Luis Úrculo, Elena Alonso, David Bestué y Lolo y Sosaku. Me encanta montar y desmontar cosas”, explica este emprendedor, que huye de la idea de la permanencia. “Esto me permite realizar con cada proyecto pequeños másteres, dado que los creadores y los consumidores de contenidos nos demandan cada vez más, ya que son muy exigentes”. Tampoco le tiene apego a las cosas. “Mis padres son coleccionistas de todo [su padre es Juan Manuel Bonet, director del Instituto Cervantes en París y exdirector del IVAM y del Museo Reina Sofía] y yo huyo de todo esto”.