De la burbuja a la calma
Hace unos meses una nueva burbuja inmobiliaria era para muchos el gran peligro para Reino Unido. Ahora la alarma se desvanece. La avalancha de capital extranjero ha retrocedido en Londres, las concesiones de hipotecas se han reducido y la inflación de los precios de vivienda se modera. Los temores eran prematuros.
Estos fueron impulsados por los rápidos aumentos de precios anuales en la vivienda –especialmente en Londres, donde el incremento anual fue del 20,7% en el tercer trimestre, según datos de Halifax–. A niver nacional el incremento anual fue del 9,6%.
El burbujeo en Londres comenzó justo después de la crisis financiera de Chipre a principios de 2013, y se intensificó tras la anexión de Crimea a Rusia a principios de este año. CrossBorder Capital, una firma de asesoría, calcula que 13.000 millones de libras (unos 16.400 millones de euros) de capital extranjero entraron en Reino Unido en abril de 2014. Fuera de Londres, también, las casas parecen demasiado caras.
Pero estas se han hecho casi costeables por los bajos tipo de interés. Los pagos hipotecarios representaron solo el 29,5% de los ingresos medios de los hogares en el tercer trimestre frente a una media a largo plazo del 35,8%. Pero esta mezcla de vivienda y préstamos baratos sugiere vulnerabilidad. Un aumento en los tipos de interés podría provocar una nueva caída de los precios inmobiliarios.
Por ahora, sin embargo, las tasas de interés de las hipotecas van para otro lado, con algunas operaciones a cinco años de nuevo disponibles por menos de un 3% en Reino Unido. Pero las concesiones de hipotecas cayeron a su mínimo de 17 meses en octubre. La “revisión del mercado hipotecario” del Banco de Inglaterra ha llevado a los prestamistas a endurecer los criterios.
Los bajos salarios en la economía de Reino Unido son el principal freno a los precios domésticos. Los británicos simplemente no tienen aire para soplar burbujas.