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¿Qué parte de la palabra deflación no entienden Merkel y el Bundesbank?

Para los que hemos defendido las reformas impopulares aplicadas por el Partido Socialdemócrata alemán bajo Gerhard Schroeder que convirtieron a Alemania en el primer exportador mundial (ahora es segundo) y abogamos por su implementación en los países periféricos junto a reformas estructurales y estímulos al crecimiento, el comportamiento de Merkel es decepcionante. España, Irlanda, Portugal y Grecia han asumido ajustes brutales y sufrido devaluaciones internas. Aunque con protesta social notable, la población ha aguantado aumentos de impuestos y reducciones de salarios, lo cual nos ha permitido recuperar competitividad, batir récords de exportación y volver a crecer (1,6% en el tercer trimestre en España) y generar empleo.

Debido a la nefasta gestión de Zapatero durante 7 años, los ajustes y reformas estructurales han tenido que aplicarse con dureza y de golpe en España. Pero crecemos, la prima de riesgo está al nivel de la de EEUU (e igual que antes de la crisis), disminuye el desempleo, batimos récords de turismo y los inversores apuestan por España. Es evidente que la austeridad ha sido dura. Los españoles se han sacrificado y se sulfuran con la crónica diaria de casos de corrupción.

Teniendo en cuenta dicha situación, Merkel debe por fin entender el peligro que supone una nueva recesión en la eurozona y la deflación que nos golpea (0,4% de IPC en eurozona, lejos del objetivo del 2% del BCE). Quizás no existe la palabra deflación en alemán -- en cambio la palabra deuda es la misma que para el concepto de "culpa" (Schuld).

Los periféricos han cumplido. Sus poblaciones han sufrido. Alemania tiene que aplicar ya los estímulos al crecimiento a los que se ha comprometido ¿Qué ha sucedido con el Pacto de Crecimiento acordado en Consejo Europeo en junio de 2012? ¿Quíén me puede explicar en Bruselas por qué los famosos bonos proyecto del BEI no fructifican? ¿Por qué rechaza Merkel sistemáticamente que el BEI o parte del presupuesto de la UE financie obras públicas y formación en los periféricos?

Quizás la única forma que Merkel entienda que la austeridad y las reformas estructurales deben acompañarse de estímulos para paliar la peor crisis en Europa occidental desde los años setenta es comprobar que su propia economía se ha atascado. Alemania creció un miserable 0,1% en el tercer trimestre después de un descenso del PIB de la misma magnitud en el segundo semestre.

Aunque está gestionado bien la crisis con Rusia, Merkel parece asustada por el frenazo de la economía alemana y aplica medidas que contradicen sus recetas para los periféricos (reducir la edad de jubilación a los 63) o que perjudican al motor teutón. Aumentar el salario mínimo no provocará más consumo porque los que lo perciban dejarán de obtener algunas ayudas estatales. La obsesión con las renovables y el cierre de las nucleares ha elevado el precio de la energía a niveles estratosféricos para la empresas y particulares en Alemania. Los alemanes deben consumir más y sus empresas y gobierno invertir más. Merkel debe aplicar los programas de inversión pública anunciados en Alemania y Europa cuya concreción brilla por su ausencia.

Por su parte, Dragui debe comprar bonos soberanos de los periféricos. Contribuyó de manera espectacular a frenar la crisis de deuda soberana con sólo palabras (verano 2012) y el diseño de un programa de compra de bonos (OMT) que no se ha utilizado. Si anuncios mejoraron la situación, hechos como la compra de deuda soberana tendrían efectos positivos incalculables. Liberaría mucho capital que invierte en deuda pública, permitiendo que dichos fondos financiarian al sector privado. Quizás Dragui espera a ver los resultados de su último experimento, la variante del BCE del funding for lending británico.

La austeridad y las reformas estructurales han sido necesarias. Pero los hechos confirman que sin estímulos y una acción más atrevida del BCE Europa puede deslizarse por una pendiente muy peligrosa de recesión, deflación, éxito de partidos extremistas de derechas e izquierdas y rechazo a la integración europea y el euro. Realmente creen Merkel, Schauble, el Bundesbank y el Tribunal Constitucional alemán en Karlsruhe que podemos correr tales riesgos en nombre de una pureza ideológica extrema respecto a la financiación de los estados por el BCE? Esperemos que no.

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