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Pago de 680 millones

Pfizer muestra su apetito por seguir creciendo

La alianza con Merck en oncología rejuvenece en parte la cartera de la estadounidense

Alfonso Simón Ruiz

Ante la pérdida de patentes, hay una necesidad de disponer de nuevos medicamentos para mantener los ingresos. Ese es el principio básico de la industria farmacéutica. Yel gigante del sector, Pfizer, lo ejemplifica mejor que nadie. Su camino: comprar compañías o productos que le aporten nuevos ingresos.

La empresa estadounidense anunció el lunes un acuerdo de colaboración con Merck para desarrollar y comercializar conjuntamente una molécula en investigación, consistente en un anticuerpo en desarrollo por la alemana como tratamiento en distintos tipos de cáncer. Por esta alianza, Merck recibirá un pago inicial de 850 millones de dólares (alrededor de 680 millones de euros).

Un acuerdo de hasta 2.000 millones

A partir del próximo año, Pfizer y Merck colaborarán en 20 programas de desarrollo clínico en el área de inmunooncología, considerados de alta prioridad para ambas compañías. Estos programas incluyen hasta seis ensayos clínicos (fase II y fase III, con pacientes) que podrían ser la base para el registro de futuros tratamientos.

Merck podrá recibir pagos posteriores de hasta aproximadamente 2.000 millones de dólares, según se logren objetivos regulatorios y comerciales. Asimismo, las dos compañías financiarán de forma conjunta todos los costes derivados del desarrollo y comercialización de cualquier molécula generada a partir de esta colaboración y compartirán también los ingresos derivados.

“En el caso de Merck, recibe un pago económico que le viene muy bien para los desarrollos de sus nuevos tratamientos biológicos. Además, gracias a la potencia de Pfizer, se va a acelerar la investigación de las 20 terapias del acuerdo”, cree Pablo Moreno, de IMS Health.

Para Pfizer, el valor llega también porque son moléculas que ya están en ensayos clínicos. “Los primeros resultados del anticuerpo PD-L1 son impactantes y coinciden con los resultados obtenidos con otros medicamentos de la familia de los anticuerpos PD-1 y PD-L1”, afirmó Mikael Dolsten, presidente de investigación y desarrollo de Pfizer, en el comunicado oficial del acuerdo. “Estos prometedores datos serán el punto de partida para múltiples ensayos de registro”, aseguró.

De esta forma, el gigante de Nueva York añade nuevas vías a su estrategia de crecimiento. En mayo, había realizado una oferta de 78.000 millones de euros por AstraZeneca, una compra que fue rechazada. Fundada en 1849, en las últimas décadas ha protagonizado parte de las grandes adquisiciones del sector: Lambert en el año 2000, Pharmacia en 2003 y Wyeth en 2009.

En 2011, la compañía facturó 61.035 millones de dólares. En 2013 se redujo hasta los 51.584 millones. “La mayoría de las pérdidas de patente han ocurrido ya (como Lipitor o Viagra). En total, se puede evaluar a un 30% de su facturación total el impacto de pérdida de patentes”, señala Patrick Biecheler, socio para la industria farmacéutica en Europa y Asia en la consultora Roland Berger.

La expiración en la protección de las marcas continúa. Biecheler asegura que el riesgo más importante está en Celebrex, probablemente para 2015, tras conseguir extensión de patente en EE UU. Enbrel lo sufrirá entre 2015 y 2016, Spiriva, también en 2015 y “Lyrica queda protegido hasta 2018”, añade.

“Como cualquier empresa farmacéutica, necesita más innovación para forzar la máquina de I+D interna, que no tuvo una productividad muy alta. Sin embargo, el tratamiento Palbociclib (para cáncer de mama) será una innovación importante en oncología en 2015”, prevé el responsable de Roland Berger.

“Lo que Pfizer está haciendo mediante el acuerdo con Merck es compra de portfolio (de I+D). Había apostado por estar en oncología y lo que consigue es ponerse al día”, apunta Pablo Moreno, director de operaciones de clientes de la consultora IMS Health. Aunque, bajo su punto de vista, el interés por AstraZeneca puede seguir vivo, tanto para completar su cartera de productos como por razones fiscales, al tributar a mejores tramos en Reino Unido.

“La alianza con Merck no impide que compre más carteras de productos. Y eso no quiere decir que se haga mediante fusiones. Puede ser una gran operación o por goteo de nuevas pequeñas operaciones. Necesita nueva investigación”, afirma Moreno.

De hecho, la unidad de negocio de la estadounidense para fármacos innovadores no crece, con una caída del 5% para 2014, según previsiones de Roland Berger. Biecheler considera que la nueva alianza no cambia el interés de Pfizer por otras empresas: “Permite un desarrollo más rápido en oncología, pero no tiene el mismo peso que la compra de AstraZeneca”, que le permitiría crecer de forma más significativa.

Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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