Aifos no logra convenio y encara la liquidación
Aifos, la que fuera una de las mayores inmobiliarias de Andalucía, no ha logrado hoy en Junta de Acreedores aprobar un convenio que terminara con el concurso en el que está inmersa la compañía desde 2009, posiblemente el mayor concurso de acreedores de Málaga. La empresa no ha logrado la asistencia necesaria de acreedores a la junta para sacar adelante el convenio propuesto, de acuerdo a fuentes presentes en dicho acto, celebrado en Málaga, lo que provoca que Aifos encare ahora la liquidación.
Según las fuentes consultadas el presidente del grupo, Jesús Ruiz-Casado, estudia impugnar la junta celebrada debido a que, en su opinión, se ha convocado de forma precipitada y sin estar completos informes y valoraciones de negocio. Entre los acreedores del grupo se encuentran compradores de sus viviendas, bancos, Hacienda o Sareb. En los últimos años la empresa ha presentado demandas contra entidades financieras requiriendo la rescisión de operaciones de crédito millonarias.
El presidente del grupo ha tratado de convencer a los acreedores de la aprobación de sus propuestas de convenio aliandose con el empresario Emilio Noseda, experto en procesos de reestructuración en Argentina y otras regiones y presidente de Compañía de Inversiones del Uruguay, con 2.500 hectáreas en explotación en Uruguay. Ruiz Casado estaba dispuesto a reducir su participación en Aifos al mínimo y transmitir el control a Noseda, quien se comprometía a capitalizar la inmobiliaria si salía adelante el convenio.
Aifos entró en concurso con un pasivo de más de 1.000 millones de euros. En 2006 era la mayor inmobiliaria residencial de Andalucía. La compañía, que desde 1994 ha levantado 18.000 viviendas (ninguna en Marbella, donde posee dos hoteles), empleaba a 2.600 personas, contaba con 53 oficinas propias en cuatro países y una red de 4.700 agencias inmobiliarias en toda Europa. En 2005 ingresó 347 millones y un año después encargó a UBS un estudio de salida a Bolsa. Todo estaba preparado para que Aifos saltara al parqué, con una previsión de negocio para 2008 de 890 millones. Pero en julio de 2006 fueron detenidos varios ejecutivos del grupo, entre ellos el presidente, relacionados con el caso Malaya, y a la empresa se le cerraron puertas. Tres años después se declaró en concurso sumándose a la lista de otras inmobiliarias españolas que quebraron con un pasivo cercano o superior a los 1.000 millones, como Tremón, Sacresa, Nozar, Llanera...