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Encuentro contra el comercio ilícito del trabajo

La aceptación social y la crisis impulsan el contrabando de tabaco

El informe Transcrime analiza las causas y el poder del comercio ilícito en España

Ernesto Savona, Antonio Alonso y Francesco Calderoni
Ernesto Savona, Antonio Alonso y Francesco CalderoniPablo Monge

La Universitá Cattolica Sacro Cuore de Milan fue el lugar de nacimiento de Transcrime, un grupo de investigación sobre delitos transnacionales que ahora ha puesto su ojo en España y, en concreto, en el contrabando de tabaco. El informe, dirigido por el catedrático de criminología Ernesto Savona en colaboración con el también profesor universitario Francesco Calderoni, fue presentado ayer por ambos en Madrid.

El amplio estudio sobre la situación del comercio ilícito de tabaco en España concluye que las condiciones económicas, los fuertes impuestos a las cajetillas y la aceptación social que tiene este delito entre la población, han impulsado desde 2011 un “boom” del contrabando, como explicó Savona.

El documento fue presentado en el marco de las conferencias El comercio ilícito de tabaco: El negocio de las mafias. Las jornadas fueron organizadas por Icade, de la Universidad Pontificia de Comillas, y coordinadas por el profesor Antonio Alonso. Tanto el informe como el encuentro fueron patrocinados por Philip Morris.

Ernesto Savona analizó las claves de un mercado como el del tabaco, donde lo legal y lo ilegal viven con una interdependencia clara. Lo que ocurre en un ámbito afecta al opuesto. “Es un problema muy complejo”, afirmó ayer en el salón de actos de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid. El departamento dirigido por el catedrático ha investigado el funcionamiento de estos delitos en distintos países. “Queremos saber qué funciona y qué falla”, explicó.

En esta ocasión ha sido España el país analizado. “Su localización geográfica le hace puerta de entrada del tráfico de drogas y también de tabaco”, analizó Calderoni. El profesor de criminología de la Universitá Cattolica de Milan afirmó como una de las principales causas del contrabando la “gran aceptación social” que tiene este tipo de delitos. Unas infracciones que han crecido recientemente en España. “Antes no era un problema”, reconoció.

La caída del poder adquisitivo de la población española coincidió con la subida del precio de las cajetillas por el aumento de los impuestos. “La demanda ha cambiado”, según Calderoni, lo que ha impulsado el consumo de tabaco ilegal. Y es que, en apenas tres años, el porcentaje de este producto ilegal en circulación pasó en España de suponer apenas un 2% del total hasta encontrarse el año pasado entre un 8,8% y un 11% del conjunto, según las distintas estimaciones.

A la crisis se une la situación geográfica de España. “Es un lugar de tránsito, es la puerta de Europa”, explicó Calderoni. Además, es un mercado colindante con tres territorios donde el gravamen fiscal es muy inferior: Gibraltar, Andorra y las Islas Canarias. En este punto, el experto tiró de las orejas a España por la “contradicción” de tener una asimetría fiscal en un producto. “Es un caso único en Europa”, criticó.

“La gente busca tabaco barato y allí lo encuentra”, afirmó el redactor del informe. Esta cercanía genera el crecimiento de bandas criminales organizadas. “Es una gran oportunidad para obtener beneficio”.

En este sentido, el documento, que espera servir de referencia para los Gobiernos así como para futuros estudios más exhaustivos, defiende que “la ley es laxa” por lo que los posibles réditos económicos que se pueden obtener superan los potenciales riesgos respecto a la justicia. “Hay que intervenir en el mercado antes de que se cometa el delito”, recomendó Savona. “Es necesario hacer más y comprender mejor el delito”, afirmó el director del estudio quien aconsejó que exista una mayor colaboración entre las distintas instituciones y las empresas.

Uno de los principales problemas de este delito es que no afecta a un solo Estado, sino que es un crimen transnacional. Así, Calderoni animó a todos los países y a las instituciones de la Unión Europea a trabajar conjuntamente e la misma dirección.

No es la primera vez que España se ve afectada de esta forma por un comercio ilícito muy difícil de controlar y cuantificar. En este sentido, Calderoni quiso dar una nota de optimismo al defender que “se ha demostrado en el pasado que el Estado es capaz de mejorar la situación, en relación al tratamiento del contrabando durante los años noventa.

Ambos expertos afirmaron que uno de los pasos a seguir tiene que ser la revisión de precios y del sistema impositivo al tabaco. “Hay que llegar a un equilibrio óptimo”, defendió Calderoni como una forma de desincentivar el consumo del producto ilegal.

El estudio, el séptimo de los que ha realizado Transcrime, servirá para comparar la incidencia de esta problemática entre los países europeos. En los próximos meses el mismo departamento publicará uno más global dedicado a Europa.

El director de asuntos coportativos de Philip Morris en España, Javier Figaredo, fue el encargado de cerrar las jornadas. El directivo defendió la necesidad de concienciar sobre el fenómeno y de mejorar las normativas sobre el tabaco. Figaredo afirmó que es un problema para todo el sector y que tiene que llegarse a una colaboración público-privada para llegar a buen puerto. Aunque ya se trabaja y hay resultados que se notan, queda “mucho por hacer”.

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