¿Qué perfil tiene alguien que paga con tarjeta?
Realizar de una manera cómoda las compras, no necesitar llevar dinero metálico encima y en algunos casos tener acceso a dinero a crédito. ¿De qué se trata? De las tarjetas bancarias.
Es el medio de pago más utilizado en todo el mundo. En España y según los datos del Banco de España en los dos primeros trimestres del año se han producido un total de 1.195.759 operaciones de compra en puntos de venta, lo que supone un total de 50.124,89 millones de euros gastados con tarjetas bancarias. Y todo ello realizado con los 68,43 millones de tarjetas que hay en circulación en España.
Aunque sea el medio de pago más extendido y utilizado, hay quien no lo ha adoptado como tal. Entonces, a grandes rasgos… ¿quién utiliza este medio de pago?
- Entre 25 y 65 años. Seguramente haya personas que utilicen tarjetas bancarias y que no estén dentro del rango de edad, pero es fácil pensar que los menores de 25 años no pueden permitirse pagar con tarjeta por falta de ingresos o bien por no disponer de una cuenta corriente (menores de 18 años), y los mayores de 65 años están más acostumbrados al dinero en efectivo, a retirarlo en el banco y a pagar con ello en los establecimientos.
- Residente en grandes ciudades. En las grandes ciudades lo “moderno” llega antes. Las tarjetas pueden ser entendidas como un medio de pago moderno, aunque se remonte a principios del siglo XX. Por lo tanto, las regiones más pequeñas y tradicionales en las que haya escaso comercio, escaso movimiento de dinero y de personas, las tarjetas no serán el medio de pago más utilizado.
- Comprador en grandes superficies. Aunque es un medio de pago que cada vez está presente en todos los lugares, el pequeño comercio puede ser uno de aquellos sitios en los que la tarjeta no sea bienvenida. Bien porque no crean en ese medio de pago o bien porque les suponga un gasto extra que no están dispuestos a asumir o bien no puedan. Las grandes superficies además cuentan con casi cualquier producto que se desee comprar y por lo tanto ponen todas las facilidades, incluso proponiendo sus propias tarjetas con las que financiar las compras.
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El comprador online. El comercio electrónico no requiere de dinero en efectivo, todo se realiza de manera digital y aquí es donde la tarjeta bancaria entra en juego. Es una forma de pago con la que tan solo introducir el número de tarjeta, la compra se cargará en la cuenta o en la propia tarjeta (si es de crédito). Para los más desconfiados, son muchas las tarjetas que cuentan con seguros gratuitos de protección de compras que evitan el fraude. Además también existen sistemas de pago en los que se asocia la tarjeta y no se tendrá que introducir el número nada más son los datos de la cuenta del sistema de pago, como Paypal o Google Wallet entre otros.
El número PIN puede ser historia
Los avances están a la orden del día y en cuestión de banca se está haciendo todo lo posible por hacer más fácil al usuario el pago y la gestión de las finanzas. Por ello, MasterCard se ha decantado por crear una tarjeta en la que no sea necesario introducir el número PIN, sino que la autorización del pago vendrá de la mano de la huella dactilar (y nunca mejor dicho).
La tarjeta tendrá un pequeño escáner que será capaz de detectar la huella del titular, de modo que el proceso se realiza de una manera más rápida y sobre todo más segura ya que no hay dos huellas dactilares iguales. De este modo ya no habrá que recordar el dichoso número secreto, tan solo llevando la tarjeta y nuestra huella, el pago se realizará con éxito.