¿Hay demasiadas pequeñas empresas en el Reino Unido?
Muchas empresas de reducido tamaño podrían generar falta de competitividad y de progresión internacional.
Según la aseguradora RSA (Royal Sun Alliance): “El hecho de que el Reino Unido se haya convertido en un país de ‘microempresarios’, conlleva a que, al ser las empresas cada vez más pequeñas en tamaño, se esté produciendo una disminución en su potencial global en cuanto a producción económica y a crecimiento futuro, y, además, se incremente la dependencia de la economía a un número relativamente pequeño de grandes las empresas".
Existen diferentes puntos de vista al respecto, pero según un reciente informe, como resultado de la investigación sobre el creciente fenómeno de las empresas formadas por emprendedores que trabajan en casa, revela que este tipo de negocio abarca a 5 millones de trabajadores independientes. Este hecho podría explicar, en cierto modo, el número cada vez mayor de empresas que cuentan con uno o ningún empleado. Tal vez muchos de los microempresarios registrados en la investigación de la RSA, estén tratando por todos los medios de llevar su empresa sin tener que soportar la carga administrativa de emplear a terceras personas.
Ante esto, la pregunta que cabría plantear a los responsables políticos es: ¿cómo podría facilitárseles a las pequeñas empresas el contratar a nuevos empleados?. Lo cierto es que, con base más o menos realista, una extensa consulta realizada por el gobierno el año pasado, reveló que los pequeños empresarios "consideran la regulación de empleo como una carga porque creen que es demasiado compleja y exigente, y les preocupan las demandas”. En resumen, muchas pequeñas empresas no emplean a más gente porque piensan que no les sería nada fácil despedir a los malos trabajadores y les preocupan los gastos de las posibles demandas por ese motivo.
Más allá de la necesidad de disipar temores, reales o imaginarios, los responsables políticos también deberían tener en cuenta las conclusiones de la RSA sobre los principales obstáculos que impiden el crecimiento: el sistema de impuestos (44%), la falta de crédito bancario (38%), el coste de funcionamiento de un negocio (36%), el exceso de trámites burocráticos (36%), la morosidad ante problemas de flujo de efectivo (35%), el aumento de los costes de la energía (34%), falta de apoyo gubernamental (34%), los tipos de interés para empresas (33%), el peso de las leyes de regulación (29%) y el exceso de competencia (28%).
Este artículo es una adaptación del texto original publicado por Philip Salter en Forbes.