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Linde insinúa que la banca española ha aprobado los test de estrés del BCE

Las cajas de ahorros, unas firmas sin ánimo de lucro

Lo que mal empieza mal acaba. En los últimos días ya se han escrito ríos de tinta sobre ello, por lo que poco puedo aportar. Sólo un detalle, Jaime Terceiro, antecesor de Miguel Blesa en la presidencia de Caja Madrid, antes de salir de la entidad por falta de apoyos (por un pacto ya declarado en aquel entonces anti natura, de IU, CC OO y PP) fue tentado varias veces por el Gobierno para dejar la firma madrileña. Rodrigo Rato, entonces vicepresidente y ministro de Economía, le ofreció la presidencia de Iberia, en aquellos años (1996) de capital público. Terceiro desestimó la oferta.

Blesa contaba como tarjeta de presentación ser amigo del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, con quien compartió la oposición a Cuerpo de Inspectores de Hacienda. Carecía de experiencia financiera, pero logró convertirse en el presidente de la ya emblemática Caja Madrid. Eso sí, ya era consejero de la entidad y de Antena 3. Una de sus primeras medidas fue subir el sueldo de toda la cúpula y consejo de administración, en algunos casos más del 50%.

El pretexto era siempre el mismo. Los directivos y consejeros de los bancos tienen unos sueldos mucho más elevados que los de sus equivalentes en las cajas de ahorros. Y “para evitar una fuga de buenos ejecutivos a los bancos hay que subir las remuneraciones en las cajas”, justificaban siempre los directivos de estas entidades cuya naturaleza jurídica por definición establecía que eran sociedades sin ánimo de lucro.

Menos mal, porque el Gobierno, a través del Frob (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), ya ha anunciado que remitirá a la Fiscalía, “en los próximos días”, una veintena de “operaciones potencialmente irregulares” detectadas en CatalunyaCaixa y en Novacaixagalicia para su investigación. Y habrá más.

De momento, la auditoría forense de Novagalicia realizada por PricewaterhouseCoopers (PwC), y que es la base del informe del FROB, analizó casi 2.000 millones de euros sospechosos de irregularidades, aunque no todos han sido, al final, determinados como tal.

En fin, cambiemos de asunto. Los bancos españoles ya han pasado por los despachos del Banco Central Europeo (BCE) para conocer de primera mano las dudas y cálculos que el supervisor europeo tenía sobre los datos plasmados en las planillas de los test de estrés. Todos están inicialmente satisfechos. Creen que han aprobado.

Su satisfacción, de cualquier forma, no es plena. Creen que su nota podría haber sido superior, pero las presiones políticas de Alemania y Francia y un despiste del Banco de España, según fuentes del sector, han provocado una rebaja en la nota o lo que es lo mismo en la ratio de capital de 40 puntos básicos de media al eliminarse del cómputo del capital la aportación de los fondos propios. Fuentes financieras aseguran que el Banco de España podía haberlo evitado, pero no se percató de esta medida, ya que los fondos de comercio se habían eliminado como suma del capital en otros países un año antes.

Pero pudo ser peor. La idea inicial del BCE era suprimir de un plumazo de la suma del ratio de capital en la banca española los créditos fiscales (DTAs en sus siglas en inglés) con la excusa de que no podían computarse hasta 2014 y los test de estrés toman como referencia el ejercicio de 2013. También pretendía eliminar los intangibles y penalizar más las participadas. Total, el recorte inicial iba a alcanzar el 2% del ratio de capital, es decir, de un 7%, por ejemplo, pasaría a un 5%, lo que supondría en varios casos pasar de un notable a un suspenso, algo incomprensible.

De cualquier forma, además de estar molestos con el Banco de España, los grupos financieros no ocultan su preocupación ante las que consideran claras influencias políticas de países como Alemania y Francia en las decisiones del BCE. “Esperemos que cuando se inicie la supervisión única europea en noviembre se disipen nuestras sospechas”, explica el directivo de un banco español.

Pese a todo, la banca española ha pasado el examen. El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ya señaló el viernes que las entidades españolas debería pasar “sin ninguna dificultad” el examen del BCE. “Estamos muy tranquilos respecto a este examen”, subrayó Linde desde un acto del FMI y el Banco Mundial en Estados Unidos.

Por cierto, dos apuntes. El BCE ha excluido a Novo Banco, el banco portugués que aglutina los activos saneados del Banco Espírito Santo (BES) tras el rescate de la entidad por el Banco de Portugal, de presentarse a los test de estrés, cuyos resultados serán publicados el 26 de octubre.

Y para finalizar, Abanca –la actual marca de Novagalicia– ya ha decidido en que patronal estará. ¿En CECA, como hasta ahora, o en la AEB, la patronal de los bancos tradicionales?. Pues, si puede asegura que se mantendrá en ambas patronales y con la misma marca, Abanca una vez que Etcheverría.

Ah, el BCE y la Comisión Europea finalizaron el viernes su segundo examen a España tras el cierre en enero de su programa de ayudas.

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