Fuerteventura se disfruta en otoño
Playas, paisajes protegidos y clima, protagonistas del norte de la isla
Puede que lo primero que haga al aterrizar en Fuerteventura y toparse con su paisaje sea suspirar. A muchos les parecerá estar en la Luna, rodeados de kilómetros de tierra sin apenas vegetación, solo salpicada por volcanes, su característica geográfica más marcada.
Lo que en un principio puede dar una sensación algo perturbadora –¿puede haber vida ahí fuera?– se convertirá pronto en otra bien distinta: Fuerteventura es la isla del relax y el sosiego, su riqueza natural le ha valido diversas protecciones y reconocimientos –sus 350.000 hectáreas de superficie son Reserva Mundial de la Biosfera– y sus playas siguen proclamándose como las mejores de todo Canarias, aptas unas para toda la familia y otras recomendadas para deportistas ávidos de sensaciones fuertes.
Características todas que hacen de esta isla un destino muy apetecible para ir en otoño, época que, según resaltan quienes conocen estos parajes bien, es ideal ya que no hay tanto turismo, las temperaturas aún son muy agradables –entre 24 y 22 grados de media en septiembre y octubre– y sus famosos vientos alisios están más calmados.
350.000 hectáreas que son Reserva Mundial de la Biosfera
Sin querer entrar en el debate sobre si es mejor una zona u otra de Fuerteventura, nos centraremos en el norte de la isla, que presenta numerosos atractivos. Empezando, como no podía ser de otra manera, por sus playas.
Algunas tan famosas como las de Corralejo, cuyas interminables dunas constituyen un paisaje excepcional, con decenas de especies adaptadas al desierto. Allí encontramos playas de arena muy fina y blanca y agua de gran claridad.
A lo largo de sus nueve kilómetros de costa se puede elegir desde pequeñas calas rodeadas de rocas en la zona sur –recomendables para quienes busquen más tranquilidad–, hasta las más grandes y equipadas del norte.
En el oeste, las caletas vírgenes del Cotillo, con sus lagos interiores, y otras playas que congregan a surferos procedentes de todos los rincones del mundo atraídos por la constancia de sus vientos.
Para quienes les guste bucear, nada más recomendable que el fondo marino entre Corralejo y la Isla de Lobos, también declarada Parque Natural. Se trata de un islote de unos 4,5 km, separado de Fuerteventura por el estrecho de la Bocaina, cuya profundidad no excede de los 30 metros. Su nombre se debe a que en el pasado habitaban en la isla lobos marinos, ahora en peligro de extinción.
Visitarla –puede llegar a ella en ferri, kayac, nadando e incluso practicando paddle surf, el deporte de moda– es una excursión muy divertida.
Otra actividad que no debe dejar de lado es el senderismo, la mejor manera de conocer su paisaje y disfrutar de la sensación de subir hasta el cráter de alguno de los muchos volcanes que adornan la vista.
Ese paisaje volcánico, de infinitos matices marrones, es uno de los mayores atractivos del municipio de La Oliva, que acoge también la montaña de Tindaya, icono geográfico de la isla, y distintos edificios históricos que se han recuperado recientemente como reclamo turístico.
Y no olviden que esta isla está conectada con varios ferris diarios con otra belleza canaria, Lanzarote. Si tiene tiempo, no dude en pegar el salto y comprobará lo diferentes que pueden resultar una y otra.
Villas renovadas en el Origo Mare
Esta isla no quiere masificaciones, apuesta por mayor calidad, de ahí que el cabildo haya ideado una estrategia para recuperar espacios ya construidos en vez de levantar nuevos complejos turísticos.
Eso es lo que ha hecho la empresa Pierre & Vacances con el Origo Mare, al haber aprovechado un complejo de más de 700 casitas construidas hace una década para lanzar, hace solo unos meses, el mayor complejo vacacional de las islas Canarias.
Con categoría 5 estrellas y precios de lanzamiento ajustados, ofrece 323 villas de distinto tamaño (también están a la venta) en un paraje sin explotar, con el mar a tiro de bici y una extensa oferta de ocio y servicios concentrada en sus zonas comunes: un gran parque lúdico infantil, animación para adultos y niños y restaurantes de distintas calidades.
Guía para el viajero
Cómo ir. Iberia, Air Europa y Ryanair ofrecen vuelos directos desde Madrid, e Iberia y Vueling desde Barcelona. Estudie bien los horarios. Si coge alguno de los de las 6 de la mañana que ofrecen las low cost, se arriesga a que el madrugón le estropee el primer día. También puede llegar en ferri desde Lanzarote. Hay dos navieras que hacen el trayecto varias veces al día.
Dónde comer. La gastronomía de la isla va mucho más allá de las famosas papas arrugadas, que tampoco debe de perderse, con mojo rojo (más picante) o mojo verde (más suave). Especialmente recomendables son los quesos majoreros, pero no deje de probar el sancocho o los guisos de cabra. El restaurante Casa Marcos, en Villaverde, no le defraudará.