Ferrovial abre nueva autopista en Texas mientras busca una solución en Indiana
Ferrovial estrena su cuarta autopista en EE UU este sábado: dos segmentos de la North Tarrant Express (NTE), en Texas, que suman 21 kilómetros y unos 1.500 millones de dólares de inversión (1.190 millones de euros). La inauguración –prevista inicialmente para junio– pone de manifiesto la fortaleza en construcción y explotación de autopistas que el grupo español tiene en Texas, donde tiene otras dos autopistas en fase de construcción.
Ferrovial cobra peajes desde octubre de 2012 en la SH-130 (65 kilómetros), en las inmediaciones de la ciudad de Austin (Texas), cuya construcción alcanzó los 1.400 millones de dólares. La concesión es por 50 años y la financiación privada (573 millones de dólares) se cerró con bonos a 30 años. Además el grupo que preside Rafael del Pino tiene en su cartera la Chicago Skyway y la Indiana Toll Road, esta última en situación concursal. En total son más de 10.500 millones de dólares de inversión entre autopistas en operación y proyectos en construcción en EE UU.
La nueva NTE será gestionada por la filial Cintra durante 52 años, a lo que se sumó en 2013 la adjudicación de la extensión de la misma autopista. Esta segunda concesión, de 16,3 kilómetros, precisa otros 1.350 millones de dólares, con apertura prevista para 2018.
El Departamento de Transportes de Texas busca la modernización de la NTE, con 150.000 vehículos diarios en la quinta mayor área metropolitana de EE UU, Dallas/Fort Worth. Ferrovial tiene un 56,7% del consorcio titular de los dos primeros segmentos que se abren ahora al tráfico.
La inauguración coincide con la incertidumbre que vive la concesionaria de la Indiana Toll Road, controlada por Ferrovial. Esta se ha acogido al Chapter 11, similar al concurso español, para refinanciar la deuda de 3.800 millones de dólares que cuelga de la autopista o proceder a su venta. Ferrovial tiene hasta el 25 de agosto.
La compañía también amplía y explotará durante 50 años la I-77 en Carolina del Norte (655 millones de dólares); ultima la remodelación de la texana LBJ (2.100 millones de dólares), que operará durante 52 años, y reconstruye la autopista 460 en Virginia.
EE UU se ha consolidado como destino refugió para la compañía de la familia Del Pino ante la crisis y parón de inversiones que ha padecido Europa.
Financiación mixta y a largo plazo
La concesionaria de la autopista NTE, controlada por Ferrovial, aportó 427 millones de dólares de capital propio a la construcción, el fondo federal Tifia prestó 704 millones y el Estado de Texas puso 573 millones.
Se trata de una fórmula mixta que se ha repetido en la extensión de la NTE, donde Ferrovial y sus socios han comprometido 430 millones de dólares en fondos propios que se complementan con un crédito Tifia de 531 millones, otros 127 millones aportados por el Departamento de Transportes de Texas y bonos Private Activity a un mínimo de 25 años por 274 millones.