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Prevé recaudar un 5,4% más

El Estado fía el cumplimiento del déficit al incremento de ingresos

La rebaja de tipos en el IRPF y Sociedades no impedirá que la recaudación aumente Los ingresos derivados del IVA rebasarán los 60.000 millones por primera vez

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, junto al presidente del Congreso, Jesús Posada, durante la entrega de los Presupuestos Generales del Estado.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, junto al presidente del Congreso, Jesús Posada, durante la entrega de los Presupuestos Generales del Estado. EFE

El Gobierno prevé en los Presupuestos Generales que los ingresos tributarios alcancen este año los 186.112 millones, un 5,4% más que la última previsión de cierre de este año y un 4,6% más que lo presupuestado inicialmente en 2014. Este aumento tributario coincide con la reforma fiscal que actualmente se debate en el Congreso y que incorpora una reducción de tipos en el IRPF y en el impuesto sobre sociedades.

Si las previsiones del Ejecutivo son demasiado optimistas solo se sabrá con el tiempo. En 2012, el Estado recaudó 9.000 millones menos de lo previsto y, este año, prevé ingresar 3.000 millones menos de lo que se había presupuestado en un inicio. En cualquier caso, Hacienda asegura que las cifras son conservadoras y argumenta que la recuperación de la actividad –la economía crecerá el próximo año un 2%– generará mayores ingresos tributarios. Así, el cumplimiento del objetivo de déficit depende en buena medida de que las estimaciones del Ejecutivo sean atinadas.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, reconoció el esfuerzo que ha supuesto que, en los últimos años, la recaudación del Estado haya aumentado con una economía deprimida. Ello ha sido posible gracias a las subidas fiscales. Desde el inicio de la legislatura se ha incrementado IRPF, IVA, impuesto sobre sociedades, impuestos especiales e IBI, entre otros tributos.

Sin las comunidades, la rebaja fiscal se queda a medias

El Ejecutivo insiste en que la rebaja del IRPF ahorrará 5.981 millones a los contribuyentes del IRPF en los dos próximos años. Sin embargo, que se cumpla este ahorro no depende del Gobierno central, sino de las comunidades autónomas. Las autonomías tienen competencia sobre la mitad del IRPF y, si no replican la rebaja tributaria aprobada por el Estado, el ahorro previsto se quedará en la mitad.

El Ejecutivo hizo hincapié en que ahora el escenario ha cambiado y es posible bajar los impuestos y que la recaudación tributaria aumente por encima del PIBnominal. El gran cambio fiscal del próximo año será la rebaja del IRPF, el tributo más importante del sistema fiscal y que elevará el sueldo neto de los trabajadores a partir del mes de enero. El tipo máximo del IRPF bajará del 52% al 47% y el gravamen mínimo pasará del 24,75% al 20%. También se incrementan los mínimos personales y familiares, es decir, la parte de renta declarada exenta porque se considera que sirve para cubrir las necesidades básicas de los contribuyentes. Las rebajas fiscales conviven con otras medidas en sentido contrario como la supresión de los coeficientes de abatimiento, que encarecerá la factura fiscal de los contribuyentes que vendan un casa, especialmente si es antigua, a partir de 2015.

La reforma tributaria en su conjunto generará un ahorro de 3.366 millones, según las previsiones de Hacienda. Sin embargo, la recaudación del IRPF se resentirá mínimamente porque el Gobierno confía en que aumente el número de trabajadores y, por lo tanto, más contribuyentes paguen el IRPF. Así, la recaudación total ascenderá 72.957 millones, solo un 0,6% por debajo del cierre previsto para este año.

El impuesto sobre el patrimonio se mantiene un año más

Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que el Gobierno entregó ayer al Congreso incluyen la prórroga del impuesto sobre el patrimonio, un tributo que la legislación vigente contemplaba que desapareciera en 2015. Como ya avanzó CincoDías el pasado viernes, el impuesto que grava la riqueza neta superior a 700.000 euros estará vigente un año más, lo que beneficiará las cuentas de las comunidades autónomas.

El impuesto sobre el patrimonio es el gran superviviente del sistema fiscal español. Se creó en 1978 como un tributo de carácter “extraordinario” y, por lo tanto, transitorio. Duró hasta 2008, cuando el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó su supresión. Sin embargo, lo recuperó con carácter temporal para los ejercicios 2011 y 2012. El Gobierno de Mariano Rajoy también optó por sucesivas prórrogas. La recaudación del impuesto corresponde a las comunidades autónomas y Madrid es la única que no lo aplica.

La reforma tributaria también recorta el tipo impositivo del impuesto sobre sociedades, que pasará del 30% al 28% a partir de enero de 2015. Sin embargo, según las previsiones del Gobierno, la recaudación se incrementará hasta los 23.577 millones, un 20,4% más que los ingresos previstos para este ejercicio. El aumento se explica porque se estima que los beneficios empresariales aumentarán. Además, otras medidas, como la limitación de la compensación de bases imponibles negativas mitigará también el efecto de la rebaja tributaria.

Donde el Gobierno se muestra más optimista es en la evolución del IVA, el tributo que recae sobre los consumidores finales. Según las previsiones del Ejecutivo, el Estado ingresará 60.260 millones por el IVA, la mayor cifra jamás registrada. La reforma fiscal no afecta a la esencia de este impuesto. Así, la mejora de la recaudación –aumentará un 7,2% respecto a la previsión de cierre de este año–, se explica por el incremento del consumo. Según el cuadro macroeconómico, el gasto final de los hogares aumentará un 2,1% el próximo año. Además, hay que tener en cuenta que este Gobierno y el anterior optaron por elevar los tipos. El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero subió el gravamen general del 16% al 18% en julio de 2010 y el actual Gobierno aprobó un incremento adicional de tres puntos hasta el 21%. Así, nunca antes los consumidores habían pagado tanto por IVA, un tributo que se instauró en 1986 con un tipo del 12%.

El incremento de los ingresos, en caso de cumplirse, servirá para mantener la senda de reducción del déficit público. La Administración central tiene el compromiso de rebajar en 2015 sus números rojos del 4,22% al 3,5% del PIB. Ello equivale a un ajuste de 7.000 millones. En principio, sobre el papel, el objetivo es totalmente asumible si se tiene en cuenta que, según los Presupuestos, el conjunto de los ingresos públicos –incluyendo aquellos de carácter no tributario– aumentaran en casi 4.000 millones de euros después de la cesión a los entes territoriales. Ascenderán a 133.712 millones. Y, el gasto público se reducirá en más de 3.000 millones. Nuevamente, las mayores dudas se ciernen sobre las comunidades autónomas, que también están elaborando sus cuentas.

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