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Menos del 1% de empresas se adhiere al régimen

Montoro reconoce el fracaso del IVA de caja y anuncia mejoras en el modelo

Hacienda fijará mecanismos de liquidez para pymes en los Presupuestos Generales del Estado

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.EFE

El régimen de IVA de caja, que permite a las empresas abonar el impuesto al cobrar la factura y no cuando se emite no ha funcionado. Como ya adelantó Cinco Días en abril, solo 21.569 pymes y autónomos se acogieron al nuevo sistema que entró en vigor este año. Supone una cifra muy baja que representa el 0,9% de los 2,3 millones de potenciales beneficiarios. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, reconoció hoy en el Congreso que el modelo que con tanta insistencia habían reclamado las empresas no ha funcionado y avanzó que estudiarán fórmulas de mejora.

Los motivos del fracaso son variados. En primer lugar, hay que tener en cuenta que las empresas que facturan por encima de los dos millones de euros no pueden acogerse al IVA de caja. Y existe constancia de que grandes empresas presionaron a sus proveedores para que no se adhirieran al nuevo régimen. Y esto es así porque para sus cuentas resultaba perjudicial tratar con empresas que aplicarán el IVAde caja.

Con el régimen tradicional, las empresas deben abonar el IVA al emitir una factura con independencia de que la haya o no cobrado. Sin embargo, cuando las compañías actúan como clientes, también tienen derecho a deducir el IVA soportado antes de abonar la factura. El nuevo modelo de IVA de caja implica que el impuesto no debe ingresarse en la Agencia Tributaria hasta pagar la deuda. Esta es la parte buena. La negativa es que las empresas que actúan como clientes no pueden deducirse el IVA hasta abonar la factura. Si una gran compañía tiene como proveedor a una pyme acogida al IVA de caja no tiene la posibilidad de deducirse el impuesto hasta liquidar su deuda. Ello genera un gasto financiero. Por este motivo, las empresas de gran tamaño recomendaron –y en ocasiones amenazaron– a sus proveedores que no se adhirieran al IVA de caja. Y muchas pymes, por miedo a perder clientes, optaron por no aplicar el novedoso régimen.

Por otra parte, el IVA de caja también supone un coste de gestión en la medida en que obliga a actualizar los software de las empresas y genera nuevas obligaciones formales. Todo ello, junto al recelo que siempre generan los cambios, explica que menos del 1% de las pymes se hayan acogido al IVA de caja.

Montoro también ha anunciado que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2015 que se presentan este viernes en el Consejo de Ministros incluirán fondos para facilitar la liquidez de pymes y autónomos. Los recursos, en su mayor parte, procederán de fondos europeos.

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