El acuerdo de Almunia con Google fracasa tras las quejas de los rivales
Contra todo pronóstico, los rivales y enemigos de Google han logrado convencer a la Comisión Europea de que no cierre una investigación iniciada en 2010 y a la que el actual comisario de Competencia, Joaquín Almunia, pretendía dar carpetazo con un acuerdo amistoso con el buscador. La presión sobre Bruselas se ha redoblado en los últimos meses y, además de los rivales, entre los que figura Microsoft, han participado en la campaña los gobiernos de Alemania y Francia, partidarios de ser más duros con Google.
El pasado mes de julio, fuentes de la Comisión Europea ya tuvieron que admitir que los términos del proyecto de acuerdo podrían someterse a una revisión profunda. Y la amenaza se confirmó este lunes, cuando el propio Almunia señaló que le han convencido los últimos argumentos de los rivales de Google y que, por tanto, exigirá al buscador nuevas concesiones. “Hemos recibidos muchos comentarios a las propuestas anteriores de Google”, señaló Almunia en una entrevista concedía en Italia a Bloomberg TV. “Y algunas de las respuestas”, añadió el comisario, “son muy, muy negativas”.
El tenor de esos comentarios era previsible. Pero en contra de lo previsto por la Comisión Europea, los denunciantes “han presentado nuevos argumentos, nuevos datos y nuevas consideraciones”, según admitió Almunia en la citada entrevista.
El comisario advirtió en febrero, cuando anunció su principio de acuerdo con Google, que solo reabriría la negociación si lograban presentar “argumentos muy poderosos”. Una hipótesis dudosa porque Almunia se mostraba muy satisfecho ante la posibilidad de poner fin a la investigación. “Ninguna otra autoridad, ni siquiera en EE UU, ha logrado concesiones similares”, defendió entonces el comisario. Y subrayó que “en algún momento había que tomar la decisión, porque si siguiéramos recibiendo ofertas de Google y sometiéndolas a consulta, entraríamos en un bucle interminable.
Ultimátum
El bucle parecía cerrado pero este lunes se desmadejó. “Tras esas respuestas tenemos que ver si Google puede planearnos soluciones”, señaló Almunia, cuyo mandato expira el próximo 31 de octubre, lo que hace imposible que le dé tiempo a cerrar el caso.
La compañía estadounidense deberá hacer una nueva oferta. Y si tampoco logra convencer al departamento de Competencia, parece inevitable la apertura de un expediente por abuso de posición dominante similar al que en la pasada década le costó más de 1.600 millones en multas a Microsoft.
El primer paso del expediente sería el envío a Google de un pliego de cargos detallando su presunta violación de las normas europeas de competencia. Las acusaciones de Bruselas apuntan a que Google ha discriminado en sus resultados a las compañías que ofrecen servicios rivales a los suyos; que ha impuesto cláusulas abusivas en sus contratos de publicidad, y que canibaliza contenidos de otras páginas, entre ellas, las de medios de comunicación.
A principios de año Google se comprometió a corregir esas prácticas, mostrando al menos los enlaces a servicios de tres competidores y renunciando a las cláusulas de exclusividad. A los medios de comunicación le ofrecería la posibilidad de vetar el uso de sus contenidos en los servicios especializados del buscador.